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 miércoles, 22 de septiembre de 2004

Las ideas a lo Robin Hood de Jacques Chirac

París. - Impuestos sobre las ventas de armas o el querosén, tasas sobre las grandes fortunas y los beneficios de las multinacionales o multas a los mayores contaminadores del mundo pueden servir para hacer realidad la idea del presidente francés Jacques Chirac de crear un impuesto mundial contra la pobreza.

Privar a los ricos de parte de sus privilegios para dárselos a los pobres: con esta filosofía de izquierda más típica de un justiciero tipo Robin Hood que de un mandatario de derecha, Chirac convenció a su homólogo brasileño Lula da Silva y juntos lograron el apoyo de los gobiernos chileno y español, ayer en la sede de la ONU en Nueva York.

Jean Pierre Landau, presidente de una comisión formada por políticos, organizaciones humanitarias y economistas que fue creada por el presidente francés para hacer viable esta propuesta, considera que "cinco años después de su nacimiento, la idea de una tasa para paliar la pobreza ya no provoca escepticismo y acapara los debates de expertos".

En total, se necesitan 50.000 millones de dólares por año para reducir a la mitad la pobreza en el mundo hasta el año 2015, como estipulan los llamados Objetivos del Milenio de la ONU.

La comisión Landau marca la diferencia entre las contribuciones globales, es decir pagadas por todo aquel que use Internet, consuma productos de lujo o arroje desechos nucleares, y voluntarias, como el pago de un céntimo de euro adicional en la factura de electricidad o en las operaciones con la tarjeta de crédito. Dentro de las primeras, habría varios tipos. Por ejemplo, según la ONU, el 1% de la población más rica del planeta posee tanta riqueza como el 57% más pobre, pero si aquellos se vieran obligados a pagar un 0,2% del valor de su patrimonio, se sumarían 10.000 millones anuales.

Por otra parte, si por cada tonelada de dióxido de carbono que se vierte a la atmósfera se pagaran 10 dólares, se recaudarían al cabo del año entre 10 y 20.000 millones de dólares. Según esta comisión, si a los 210.000 millones de dólares de transacciones financieras diarias se aplica una tasa de 0,005% daría como resultado 10.000 millones anuales dedicados a luchar contra el hambre.

El informe Landau apunta también que si las grandes multinacionales dieran un 1% de sus beneficios se superarían los 10.000 millones de ayuda. Por último, si de las ventas legales de armas (956.000 millones de dólares en 2003) se dedica un 5% a ayuda al desarrollo, se obtendrían unos 5.000 millones de dólares anuales, aunque es verdad que aumentarían las ventas ilegales. (AFP)

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