| domingo, 19 de septiembre de 2004 | King Crimson, Spinetta y Boca Juniors Cuando el grabador se apaga y Horacio Rosatti abandona su discurso sobre la Justicia, el poder y la sociedad, su perfil se transforma y sorprende al interlocutor.
Nadie diría que este hombre de saco gris oscuro y que siempre se traslada con su maletín de cuero marrón tiene como grupo musical preferido a King Crimson y que es capaz de olvidarse de todo hablando de la obra de Luis Alberto Spinetta, el artista nacional que más admira.
"Me gusta muchísimo la etapa de Pescado Rabioso, el disco Artaud y el tema «Cantata de puentes amarillos»", puntualiza el ex intendente de la capital provincial en un bar del macrocentro rosarino.
La confesión de los gustos musicales del ministro desacralizan las primeras impresiones, esas que lo emparentan con algunos personajes kafkianos encargados de la burocracia. Rosatti cuida el manejo de las palabras pero también intenta alejarse del bosquejo que suele hacerse de los abogados santafesinos que forman o formaron parte de la cosa pública: el patriciado de los bulevares de la capital provincial.
El ministro de Justicia suele hacerse un hueco en sus actividades diarias para presenciar los entrenamientos del primer equipo de Boca Juniors en Casa Amarilla. "Sí, es verdad. Soy un fanático, casi un enfermo del fútbol", confiesa sin ningún tipo de pudor.
Amigo del matrimonio Kirchner desde los tiempos de la Convención Constituyente del 94, Rosatti pudo haberse transformado en gobernador santafesino de la mano de Carlos Reutemann, pero, justo sobre el lanzamiento de su campaña, recibió el llamado del santacruceño para ocupar la Procuraduría General del Tesoro de la Nación.
"¿Cuál es su mirada sobre Juan Carlos Blumberg?",le pregunta La Capital. "Yo no firmé el petitorio de Blumberg. Es un hombre que tiene el mérito de haber generado propuestas desde su situación de dolor, está muy legitimado en el origen para formular propuestas, pero no quiere decir que coincida con esas iniciativas", responde sin inmutarse.
Niega tener aspiraciones políticas en Santa Fe: "Si yo hiciera futurología, seguramente la realidad desafiaría después esa predicción. Tengo vocación de servicio, pero no vocación de poder. No tengo estructura, carezco de un aparato de trescientas personas alrededor, no tengo ni treinta...".
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