Rosario II

Ahora bien, aun los más optimistas con el envión que tomó este año el consumo cultural plantean sus dudas en relación a la calidad de los espectáculos que se ofrecen. Y advierten que este aumento en las boleterías nada tiene que ver con la presentación de mejores propuestas.

El productor Ricardo Alonghi no anda con eufemismos. "Lo que más funcionó este año fue lo bizarro. Basta ver lo infantil: Barny, Piñón Fijo y Panam fueron los que más vendieron. Si no hay figuras de la televisión en juego no pasa nada", asegura.

Menos crítico, su colega Sergio Grimolisi reconoce lo mismo: "Si la atracción es convocante andará bien. Pero no podemos decir que todo tuvo público este año".

La secretaria del Auditorio Astengo, María Laura Cosato, también separa las aguas. "Se nota que la gente está hambrienta de cultura, o al menos de espectáculos. Porque entre todo lo que se puso en cartel este año hay muchos que son simple entretenimiento, armados para aprovechar el buen momento económico".

Las boleterías de los cines bien pueden dar cuenta de esto. Este año el Monumental incrementó un 70 por ciento la venta de entradas, lo que significa que hasta agosto habían pasado por allí 350 mil personas. Aunque las películas más vistas no presentan sorpresa: Shrek 2, La Pasión de Cristo, Troya y Patoruzito. En ese orden.


Fuera de circuito
Las secciones de espectáculos de los diarios locales dejaron desde hace un año de ser un coto exclusivo de cines y teatros. Bares y restaurantes comenzaron a impulsar propuestas que van desde el teatro hasta recitales de los más variados ritmos: tango, rock, folclore y blues están a la orden del día.

Rogelio Santoni, dueño de García (Ovidio Lagos 30) habla de un crecimiento de público incesante en los bares. "Cuando empezamos hace cuatro años traíamos una banda por semana. Ahora tocan dos grupos cada jueves, viernes y sábado, y el bar se llena siempre de gente", afirma.

Desde Willie Dixon (Suipacha y Güemes), Paulo Galetti también se refirió a una época de bonanza para la oferta cultural fuera de los espacios tradicionales. El bar se abrió el pasado julio y tuvo espectáculos todos los fines de semana. Riff, Bulldog, Juanse de los Ratones Paranoicos y Coki De Bernardis fueron algunos de los platos fuertes en un espacio para mil personas y donde en más de una oportunidad quedó gente afuera.

Algo similar se vivió los últimos meses en el espacio multicultural "La Casa" (Mendoza 862) donde se ofrece un menú tan variado de shows como de comidas. "Los espacios como el nuestro están viviendo una eclosión, ocupamos el lugar que dejaron los café concert en los 60 y 70", dice una de las dueñas, Ana Julia Saccone, y recuerda que para el show de la actriz local Andrea Fiorino se reservaron entradas con dos semanas de anticipación.

Las librerías también produjeron sin parar. Además de ofrecer conferencias y presentar libros, editaron buena cantidad de nuevos textos. Así lo confirman José Pérez, de Homo Sapiens; Fernanda Mainelli, de Ross, y Sergio Gioacchini, de Ciudad Gótica. Tres datos valen como muestra: Pérez organizó por séptimo año consecutivo un congreso para docentes y esta vez hubo 300 inscripciones más que el año pasado, cuando hubo mil participantes. Mainelli llegó a programar tres presentaciones de libros por semana y siempre con buen número de espectadores.

Así de variado y frenético, de contundente y contradictorio es el panorama. Por casualidad o por mérito propio, lo cierto es que Rosario hizo buena letra en materia de actividades culturales. Y todavía lo mejor está por venir.