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 sábado, 28 de agosto de 2004

Villa Gobernador Gálvez
Un cadáver atado de pies a cabeza en el río
Es una mujer de entre 30 y 35 años. Tenía contusiones en el cráneo. La habrían matado hace una semana

Encallado en la orilla del río, en una zona ribereña de Villa Gobernador Gálvez, a un pescador le llamó la atención un bulto semisumergido. La primera impresión era que se trataba del cuerpo de una persona ahogada. Después quedó claro que no era un ahogado común: era una mujer que estaba atada por la misma soga de pies a cabeza. Eso, más la evidencia de dos marcas contundentes en el cráneo, ofrecieron la convicción inequívoca de que se trataba de un asesinato, cuyas motivaciones y autores por ahora son un misterio.

Se trataba del cadáver de una mujer joven, en apariencia de entre 30 y 35 años, que estaba varado y encajado en el lodo a la altura del kilómetro 422 del río Paraná, detrás de la planta que la empresa Unillever SA tiene en Villa Gobernador Gálvez. La mujer tenía un par de expresivas hendiduras provocadas por golpes en la cabeza. Los investigadores estiman que el cadáver fue arrojado al río "hace cuatro y cinco días". Anoche se le realizaba la autopsia en el Instituto Médico Legal.

Según precisaron fuentes policiales, la hinchazón que presentaba el cadáver, propio de los cuerpos sometidos a la acción del agua, lo hacía difícil de reconocer. "Estaba atado como un matambre", graficó una de las fuentes al referir que una soga avanzaba desde los pies como una enredadera hacia el cuello. La misma cuerda maniataba las manos a la altura del abdomen.

Una de las primeras presunciones de la Brigada de Homicidios es que el cuerpo pasó en el agua de cuatro a cinco días y que no fue arrojado allí sino aguas arriba, hasta encallar en esa ribera pantanosa y de complicado acceso, que obligó a los efectivos de la comisaría 29ª y a los Bomberos de V.G. Gálvez a trabajar más de dos horas para levantarlo.


Estaba desnuda
El cuerpo, que estaba totalmente desnudo, tenía muestras claras de haber recibido golpes. Fue encontrado boca abajo, a un metro de la orilla. La mujer tenía el cabello largo a la altura de los hombros, teñido de ocre o colorado. Las contusiones más evidentes eran en la región occipital y temporoccipital, con una herida cortante en cuero cabelludo y un hematoma en el ojo izquierdo. El lóbulo de la oreja izquierda tenía un orificio destacado. Al cuerpo le faltaba una falange del dedo anular derecho. Lo que no es directamente atribuible al autor del crimen: pudo ser seccionado por acción de los peces.

Empleados policiales de Dactiloscopía intentarían tomar las huellas digitales del cadáver para su identificación, si el deteriorado estado del cuerpo lo permite. Con el mismo fin también se examinarían las piezas dentarias para cotejarlas con fichas odontológicas.

Anoche se habían requerido los pedidos de paradero a la sección Seguridad Personal de la Unidad Regional II para establecer si el cuerpo puede corresponder al de alguna persona buscada. "En principio no es así", dijo Daniel Corbellini, jefe de Homicidios. El caso será investigado en Tribunales por la jueza de Instrucción Nº12, Mónica Lamperti.

Sobre la aparición del cadáver también había advertido a la comisaría 29ª un empleado de la empresa angloholandesa que se especializa en la fabricación de artículos de cosmética y limpieza.

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