| sábado, 28 de agosto de 2004 | Efemérides Guillermo Zinni / La Capital . De 1927: Mancha y Gato llegan a Washington Cuando John Labouchere recorrió 8.000 kilómetros a través de los Andes o Tim Severin fue desde París hasta Jerusalén en un viaje de dos años; cuando Margarita Leigh atravesó Inglaterra o Robin Hanbury-Tenison viajó a lo largo de la Gran Muralla china; cuando Jacqui Knight cruzó Nueva Zelanda o Louis Bruhnke viajó desde la Patagonia hasta Alaska, todos ellos lo hicieron inspirados en la épica travesía que Aimé Félix Tschiffely realizó por las tres Américas para demostrar la resistencia y nobleza de los rústicos y nada estilizados caballos criollos. Tschiffely había nacido en Suiza, pero tras algunos años en Inglaterra desembarcó en Argentina, donde se afincó definitivamente. Dio clases en un colegio de Buenos Aires hasta que un día decidió salir a recorrer América: "Hacía años que tenía en la cabeza la idea de este viaje y por fin resolví hacerlo", escribió años más tarde. El criador Emilio Solanet le regaló dos caballos para la travesía, Mancha y Gato, de 15 y 16 años y un carácter poco amigable: habían crecido en la Patagonia junto a la tribu Liempichun y se habían acostumbrado a las condiciones más hostiles, por lo que domarlos puso a prueba las facultades de varios expertos. Partieron el 23 de abril de 1925 desde la Sociedad Rural de Buenos Aires y jinete y montura se hermanaron al punto de que el suizo nunca tuvo que atarlos: "Sencillamente los dejaba sueltos y nunca se alejaron más de algunos metros", dijo. Cruzaron la cordillera por territorio boliviano, llegaron a los 5.000 metros sobre el nivel del mar, surcaron el terrible desierto matacaballo (Perú) y se enfrentaron a las pestes de las húmedas selvas centroamericanas. Y los tres resistieron. Arribaron a Washington el 28 de agosto de 1927, más de dos años después de haber partido, y allí los recibieron con pompas y felicitaciones. Regresaron por barco al país en diciembre de ese año y después Mancha y Gato volvieron a sus queridas pampas, donde murieron en 1947 y 1944 respectivamente. Tschiffely falleció en 1954 y luego sus cenizas fueron sepultadas en el campo de Solanet junto a sus queridos compañeros de viaje. Y allí siguen todavía los tres amigos, recorriendo para siempre los caminos del cielo.
De 430: San Agustín Muere San Agustín, uno de los filósofos más importantes de la Edad Media y el más grande de los padres de la Iglesia. Había nacido el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, cerca de Cartago. Su padre fue un pagano que luego se convirtió al cristianismo, pero su madre era una devota cristiana que fue canonizada. Se educó como retórico en las ciudades norafricanas de Tagaste, Madaura y Cartago, y se convirtió en un ardiente buscador de la verdad estudiando varias corrientes filosóficas antes de ingresar en el seno de la Iglesia. En el neoplatonismo encontró la idea de que toda existencia tiene una naturaleza divina. Fue un escritor prolífico y convincente. En "Confesiones", su autobiografía, narra sus primeros años y su conversión, pero de ella se cuestiona la frase: "Concédeme castidad y continencia, pero no ahora mismo", la que no parece presentar un código moral muy estricto. Otras de sus obras son "La ciudad de Dios", "Retracciones", "De libero arbitrio", "De doctrina christiana" y "De natura et gratia".
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