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 sábado, 28 de agosto de 2004

El ex dictador se prepara para un nuevo juicio por la Operación Cóndor
Augusto Pinochet: ¿demencia o estrategia legal?
La defensa argumentará que el octogenario general chileno es inimputable por el deterioro de su salud

Paulina Abramovich

Santiago. - El juicio que enfrentará en Chile al ex dictador Augusto Pinochet por su responsabilidad en los crímenes de la Operación Cóndor revivirá el debate sobre el deterioro de su salud mental, que hace dos años lo liberó de un primer proceso. El general Pinochet, de 88 años, quedó al borde de un segundo juicio luego que el jueves la Corte Suprema aprobó su desafuero, en una estrecha votación de nueve votos en favor y ocho en contra.

La Operación Cóndor fue un plan secreto de coordinación que aplicaron las dictaduras sudamericanas en la década de los 70 para eliminar a sus opositores, cientos de los cuales integran las listas de desaparecidos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

"La única participación que tiene Pinochet es la de autorizar que en el país se haga una reunión de coordinación con diferentes países", admitió por primera vez el general retirado Luis Cortés Villa, director de la Fundación Augusto Pinochet.

La reunión que Pinochet autorizó para planificar la Operación Cóndor se realizó en Santiago en noviembre de 1975 y en ella participaron agentes de las policías secretas de los seis países, según las investigaciones realizadas en Argentina, Chile y Paraguay.

Pero la lucha de los abogados de Pinochet apuntará a demostrar que no es imputable por "razones de salud", del mismo modo que lo hicieron durante el primer proceso por los 75 asesinatos de la Caravana de la Muerte, "En definitiva, y más temprano que tarde, Pinochet será nuevamente sobreseído por las razones médicas que fueron establecidas por la Corte Suprema", dijo el abogado Ambrosio Rodríguez, miembro del equipo de juristas que asesora al ex dictador (1973-1990).

La Corte Suprema, que ahora puso a Pinochet en manos del juez Juan Guzmán Tapia, cerró ese primer juicio en julio de 2002, cuando aceptó los informes médicos según los cuales el acusado padece una demencia moderada. Por eso, la nueva decisión del máximo tribunal del país causó una sorpresa inicial entre los partidarios del octogenario general, que con el paso de las horas empezaron a preparar lo que será la estrategia de su defensa, basados en aquellos informes y en futuros exámenes médicos.

Rodríguez y los otros abogados de Pinochet esperan que en esta investigación se repita el escenario que se vivió a partir de marzo de 2000, cuando el juez Guzmán Tapia, el mismo que ahora tiene en sus manos la nueva causa, lo inculpó como autor intelectual de los crímenes de la Caravana de la Muerte. La Caravana fue una misión militar que recorrió el norte y sur de Chile por órdenes de Pinochet, en octubre de 1973, ejecutando a su paso a decenas de presos políticos.

Guzmán Tapia procesó al ex dictador y entre febrero y marzo de 2001 lo mantuvo bajo arresto domiciliario, durante seis semanas, en su finca de Bucalemu, 120 kilómetros al oeste de Santiago. Pero el proceso llegó a la Corte Suprema al cabo de dos años, donde los jueces conocieron al menos tres informes médicos sobre la diabetes, los problemas cardíacos y otras afecciones que presuntamente alteraron la salud mental de Pinochet.

Esos antecedentes llevaron a la Corte a determinar que una demencia moderada no le permite defenderse ante los tribunales ni responder por los más de 3.000 muertos y desaparecidos que dejó su régimen.

El juez Guzmán Tapia deberá ordenar nuevos exámenes, si acepta la recomendación que formularon los magistrados de la Corte Suprema, en un camino que podría desembocar en la misma conclusión del primer proceso: el sobreseimiento o archivo del caso, sin sanciones. (AFP)

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