El gobierno refutó aseveraciones de Blumberg

Kirchner aseguró que "no es posible construir una sociedad sin la profundización de los derechos humanos"

La polémica referencia que hizo Juan Carlos Blumberg hacia el rol de los organismos de derechos humanos durante su nueva marcha en reclamo de seguridad concretada anteayer motivó una fuerte réplica del presidente Néstor Kirchner, quien advirtió que "no es posible construir una sociedad democrática y en paz sin la profundización de los derechos humanos".

Kirchner formuló tales declaraciones ayer, durante la firma del decreto con el que promulgó la ley 25.914, por la cual los hijos de desaparecidos durante la última dictadura que nacieron en cautiverio o que, siendo menores, permanecieron detenidos, percibirán una indemnización del Estado (más información en página 10), según refirió el secretario del área, Eduardo Luis Duhalde.

La frase fue interpretada como una respuesta implícita a Blumberg, quien afirmó que en la Argentina "los derechos humanos son para los delincuentes, no para los ciudadanos" y se quejó de que nadie de ese sector lo fue a ver cuando mataron a su hijo Axel.

"El presidente Kirchner ratificó la política de Derechos Humanos del gobierno y la necesidad de profundizarla porque no es posible construir una sociedad democrática y en paz sin esa profundización de los derechos humanos en todos los órdenes de la sociedad", dijo Duhalde, durante la conferencia de prensa ofrecida en la Casa Rosada junto a Madres y Abuelas.

El titular del Cels, Horacio Verbitsky; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, y el Foro por los Derechos Humanos, la Identidad y la Memoria popular repudiaron en forma "categórica" la apreciación de Blumberg, y en el caso del primero reiteró los contactos con el empresario a poco del asesinato de su hijo.

Ayer a la mañana Blumberg había vuelto a la carga. Dijo que no estaba "pasando facturas, estoy diciendo lo que es" y ratificó que cuando su hijo Axel fue asesinado por sus secuestradores, "ningún organismo de ese sector" se le acercó.

No obstante, balbuceó cuando Magdalena Ruiz Guiñazú, de Radio Mitre, le recordó que él nunca firmó ningún reclamo por los niños robados a padres desaparecidos. La respuesta fue un largo silencio coronado por estas breves palabras: "...sí, sí, está bien, por supuesto".

Las demandas de Blumberg generaron polémica sobre todo entre los funcionarios del gobierno bonaerense, hacia donde apuntaron más que a ningún otro lado las críticas del dirigente civil.

El ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, dijo sentirse "impotente" al escuchar las demandas de Blumberg, que según dijo "ya están aplicadas".

Pero no se quedó ahí, ya que consideró "desestabilizadoras" sus acciones ya que, dijo, "ponen de pronto una fuerte presión y una suerte de duda sobre cosas que estamos haciendo y mucho más cuando se desinforma de esta manera".

El ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, fue tan crítico como Arslanian, aunque con palabras más suaves. Dijo sentirse "decepcionado por los errores" en la información que habría demostrado ayer Blumberg.

La titular del ARI, Elisa Carrió, consideró que "hay un salto cualitativo" en estas expresiones, porque "ya no se pide un aumento generalizado de penas" sino que "la propuesta, parece más razonable y la sociedad empieza a construir ciudadanía" con su participación.


Temor de Pochettino
El secretario de Estado de Derechos Humanos de la provincia, Domingo Pochettino, se mostró ayer "sorprendido" y admitió "sentir temor" por las manifestaciones vertidas por Carlos Blumberg en la convocatoria registrada el pasado jueves frente al Congreso Nacional.

El funcionario consideró que con las palabras Blumberg "estamos retrocediendo más de veinte años" y aclaró que aunque respetaba el dolor de todos los que sufren las consecuencias de la violencia ciudadana, entendía que "todo lo que se proponga desde la bronca, el odio y el dolor, muchas veces no es racional, como no lo es decir que los organismos de derechos humanos defienden a los delincuentes", sosteniendo que se trataba de "una simplificación lamentable". (DyN y Télam)

Eduardo Duhalde y Estela de Carlotto en la Casa Rosada.