| miércoles, 25 de agosto de 2004 | La nadadora Bardach y la judoca Krukower criticaron a los dirigentes La nadadora Georgina Bardach, medalla de bronce en los 400 metros combinados, y la judoca Daniela Krukower explicaron ayer la satisfacción que les provocó participar de los Juegos Olímpicos de Atenas, pero también realizaron críticas a los dirigentes que encabezan la delegación en Grecia y reclamaron mayor compromiso para el futuro.
"Siento muchas cosas, muy fuertes, y todavía no me acostumbro a todo esto de los medios. Nunca pensé en tener esta repercusión. Esto significa un envión más para buscar el oro, porque no me puedo conformar con esto", dijo Bardach, quien en su segunda aventura olímpica obtuvo la medalla de bronce.
La cordobesa se expresó "contenta", al tiempo que explicó: "Siempre soñe con una medalla, pero no pensé que iba a ser tan pronto, porque nuestro objetivo era 2008".
Sin embargo, Bardach se quejó de la falta de compromiso de algunos delegados argentinos en Atenas. "El día de la fiesta inaugural no había ningún médico y ningún delegado en la Villa Olímpica. Se habían ido todos a la ceremonia. Si pasaba algo con algún deportista no había nadie para auxiliarlo".
Respecto de su futuro la nadadora adelantó que el viernes empezará "a entrenar para el nacional brasileño. Aunque todavía no estoy segura si voy, porque tengo el Mundial de pileta corta de octubre. A nivel local solo tengo a fin de año el Campeonato Argentino".
La Sirena también tuvo palabras de aliento para su colega y comprovinciano José Meolans, quien tuvo una opaca participación en suelo griego.
"El hizo lo mejor que pudo. A veces se gana y otras se pierde. Los que conocemos este deporte sabíamos que era difícil que ganara el oro, pero la gente se creó falsas expectativas", aseguró.
En cuanto a la cosecha argentina en Atenas, dos medallas de bronce, la suya y la de la dupla Paola Suárez y Patricia Tarabini en dobles femenino, Georgina dio sus razones y las justificó.
"La gente que opina que es poco dos medallas de bronce es porque no sabe demasiado, no conoce del sacrificio que debe hacer un deportista argentino para poder competir dignamente", dijo.
Por su parte, la campeona del mundo Daniela Krukower, quien tenía grandes chances de alcanzar una medalla pero que tuvo que abandonar en semifinales por una luxación en el codo derecho, se expresó dolorida tanto por la lesión como por el abandono dirigencial.
"Me duele el codo y el alma. Tengo las dos cosas en rehabilitación. Estaba bien, sabía que podía hacer algo importante y sucedió este accidente impensado. Hay que pensar en positivo, que llegué lejos y no perdí", aseveró la bonaerense, quien terminó quinta y se trajo un diploma.
Respecto de su recuperación aclaró "que en un par de meses" va a volver a entrenar, pero fue mucho más eséptica cuando se la consultó acerca de su futuro: "Es incierto, pero siento que puedo dar mucho más con el judo, pero no es demasiado el apoyo que tenemos".
"El judo no llevó un médico especializado en lesiones del deporte, como el fútbol o el básquetbol, y por eso me tuvo que atender un médico japonés, justo el que acompañaba a la luchadora que me había lesionado", se quejó.
"Me daba una bronca bárbara porque no podía confiar en el médico de la delegación, que no sabía de este tipo de lesión que tengo y no me podía dar un tratamiento", lamentó.
"No me puedo y no me quiero adaptar a la falta de recursos y al poco profesionalismo de alguna gente. Se puede cambiar. No sólo se trata del aspecto económico, sino también del deportivo, en el que se debe y se puede mejorar mucho", finalizó.
Mientras las atletas se quejaban, el ex secretario de Deportes Roberto Perfumo saludaba al padre de Bardach, como una de las tantas contradicciones que se manifiestan en el país cada cuatro años, justamente cuando llegan los Juegos Olímpicos. (Télam) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Bardach y Krukower se despacharon con todo en Ezeiza. | | |