| sábado, 21 de agosto de 2004 | Mayumana llega con su exitoso cóctel de música, baile y humor La compañía israelí se presenta por primera vez en Rosario el mes próximo Mayumana, la compañía israelí que combina percusión, baile, destreza física y humor, ya deslumbró al público cordobés y ahora llegará por primera vez a Rosario los próximos 15, 16 y 17 de septiembre para presentarse en el Auditorio Fundación. El grupo, integrado por artistas de diversos países, actuó el jueves pasado en el Orfeo de la ciudad de Córdoba ante 2.500 personas, y agregó dos funciones por la gran demanda de localidades. El espectáculo también se presentará en Mendoza y en el teatro Gran Rex de Buenos Aires.
A casi un año de agotar localidades en once shows consecutivos en Capital Federal, y luego de una gira que los llevó a distintos países de Europa, los integrantes de Mayumana regresan a la Argentina.
El nombre de Mayumana está inspirado en la palabra hebrea "meyumanut", que significa "destreza". La compañía israelí fue creada en 1996 por Eylon Nuphar y Boaz Berman. Los dos percusionistas buscaban concebir un espectáculo que combinase todo tipo de artes interpretativas basándose en el ritmo. Después de tomar audiciones a más de 2.500 artistas, comenzaron los ensayos que duraron más de un año y medio. En ese período los miembros adquirieron infinidad de destrezas: los bailarines se convirtieron en músicos, los bateristas en actores, la gente en artistas y todos en un grupo.
El resultado es un espectáculo de estilo único: un cóctel de energía, ritmo y humor inteligente, que parte de las cualidades artísticas y el multitalento de sus integrantes.
Mayumana está integrado por cinco hombres y cinco mujeres. Con una coreografía de primer nivel, un excelente sonido y varios efectos de última generación, los artistas se presentan todos juntos, sentados a lo ancho del escenario en una amplia mesa, dando lugar a un sincronizado movimiento de cabeza y manos, a la par de diversos sonidos. Mezcla de musical con teatro, danza y varieté circense, el espectáculo exhibe una sensibilidad tan ingenua que invita a reírse y a convertirse en cómplices de algunos de sus sketches.
De cualquier elemento crean la percusión: con tachos de dulce o de aceite industrial o carros recolectores de residuos, y hasta con sus propias bocas, generando una música de gran ritmo, que en algunos casos acompañan a la contorsión de gimnastas y bailarines. Con el escenario a oscuras hay un número de pelotas fosforescentes iluminadas que se mueven y desplazan entre las manos de los componentes del grupo, con una perfecta sincronización y un destacado efecto visual. enviar nota por e-mail | | |