| sábado, 21 de agosto de 2004 | Realidades que ocultamos Existen realidades que por no querer admitirlas, tendemos a ocultar a nuestro consciente. Lo que me trajo a este razonamiento es la nota publicada este domingo pasado sobre la situación del trabajo médico. De resultas de una triste y mal entendida política universitaria, se ha producido una lamentable sobreoferta -con gran costo para el Estado- de profesionales en las profesiones tradicionales. Esto ha redundado en una pronunciada baja en la calidad de los universitarios salientes de nuestros claustros invadidos de políticas de muy bajo valor académico. Por otra parte la población exige excelencia y resultados siempre ideales de los actos médicos, llevando esto a un desmesurado número de demandas que sólo terminan en el mejor de los casos en un beneficio económico para el afectado. Simultánemente vemos cómo fracasan las instituciones gremiales médicas que deben reconocer su frustración o incapacidad para dignificar la remuneración del profesional médico. Sólo por ejemplo y sin ánimo discriminatorio alguno, la consulta médica que abona el Iapos es de $7, menos el quebranto de cápita que lo llevará a unos $4 o $5. Mientras un corte de cabello cuesta exactamente eso o aún más. Ni hablar de la hora médica o de los honorarios quirúrgicos. Saque el lector sus propias conclusiones.
DNI 12.381.739
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