El ahora ex técnico auriazul realizó el último análisis de su segundo paso por Rosario Central, previamente a dejar la ciudad

Russo: "No deseaba irme"

"Lo hice porque lo necesitaban el club y los jugadores" y también porque los dirigentes "lo querían"

José M. Petunchi y Sergio Faletto / La Capital

"La decisión fue mía y del cuerpo técnico, porque los jugadores necesitan una definición, y también para darles la libertad a los dirigentes que, sin mí en Central, pueden tomar las decisiones que quieran y en el menor tiempo posible. La inacción es lo peor que les puede pasar", dice Miguel Angel Russo para fundamentar su decisión de alejarse, en el inicio de una entrevista que no quería dar porque "uno toma una decisión no deseada y los primeros días son muy duros", añade contrariado.

A medida que el diálogo avanza el ex DT auriazul suelta definiciones, de las que se destacan su deseo de haber continuado, su gratitud al hincha canalla, el enorme reconocimiento a los jugadores y las respuestas puntuales a ciertos cuestionamientos, más políticos que deportivos.

-¿Por qué ahora y no antes o el 30 de junio?

-No es algo impensado ni un arrebato de bronca. Entendíamos que era lo mejor porque el club lo necesita, lo necesitan los jugadores y ahora sé que también lo querían los dirigentes.

-¿No te arrepentís de no haberte ido el año pasado y así cumplir con tu palabra?

-Me quedé porque me vinieron a buscar. Ahora algunos me cargan esa decisión, pero en ese momento tenían el derecho de no irme a buscar y listo. Me quedé porque entendí que le convenía al club y priorizamos lo deportivo, por eso estoy tranquilo y no me arrepiento.

-No te arrepentís de eso pese a que ahora, cuando surgió la reunión de Vanrell y Estévez con Alfaro, vos hablaste de ética y algunos recordaron que te quedaste cuando habías dicho otra cosa antes de las elecciones.

-Cada uno mira con el cristal que quiere ver. Por ahí el que me critica tiene 200 cheques que le vinieron de vuelta, o estafó, o tiene deudas con la Justicia, o defraudó a toda la sociedad. En ese sentido no me pueden tocar. Puedo cometer errores como técnico, porque soy pasional en lo que hago, y no me arrepiento, aún con el riesgo de haberme equivocado. Si después de todo lo que hicimos me achacan esto, estoy bárbaro.

-La mayoría de la gente quería que te quedarás y una pequeña parte decía que el ciclo estaba cumplido, ¿vos qué pensás?

-Si vos querés el fútbol de Central todo nuevo, con todo lo que esto implica, mi ciclo está cumplido. Ahora si hablamos de un club convocado, que tiene una difícil situación económica, que debe arreglarse con poco, no se puede negar que lo mío podía haber continuado con una renovación ajustada a la realidad financiera, porque con cuatro o cinco pincelazos acomodaba otra vez todo el sistema. De eso estaba seguro. Cuesta mucho armar y cuesta mucho ir acertando con los recambios, y creo que nadie mejor que yo para eso. Hoy, dentro de lo que es Central, conociendo lo que es el club, su idiosincracia y la gente, hoy en ese sentido creo que nadie lo podría haber llevado mejor que yo. Lo más rápido posible y en el menor costo posible, de eso estoy seguro.

-Algunos amigos de la actual gestión dicen que no podías continuar en el club porque respondías a los intereses del anterior gobierno, ¿es así?

-No. No tiene sentido. Si con ellos también me quedé sin cobrar. Por supuesto que tengo algunos amigos que estuvieron en la anterior gestión, pero no por su condición de ex directivos sino por su condición de personas. Pero a un técnico se lo evalúa por su trabajo, no por una cuestión política.

-¿Cómo tomaste ese juego de palabras que hizo Scarabino con relación a que los amigos de sus enemigos también son sus enemigos?

-Cada uno dice lo que puede. Cada uno elige sus amigos. Pero quedate tranquilo que mis amigos no influyen ni se meten en mi trabajo como técnico.

-¿Hubieras esperado que la dirigencia tuviera otra actitud cuando le comunicaste tu decisión de irte, de buscar la forma para que siguieras?

-(Sonríe nervioso) No, uno no debe esperar ni obligar que el otro funcione como uno quiere o desea.

-Algunos sospechan que te vas antes porque ya tenés otro trabajo.

-(Se enoja) ¿Qué trabajo, muchachos? Yo hoy no tengo trabajo. Sí tuve dos posibilidades concretas hace dos meses atrás, porque muy poco supieron que vinieron dos presidentes de clubes mexicanos a buscarme, y es más, estuvieron en la cancha y en los entrenamientos y no se dieron cuenta. Y les dijimos que no porque entendimos que no era lo lógico y tampoco el momento. Yo no le tengo temor a no tener trabajo, de hecho ya pasé por las diferentes etapas, sabemos que hoy te toca laburar, mañana descansar y pasado volver a trabajar. Yo no especulé nunca con Central, porque de haberlo hecho no tengas dudas que me hubiera ido el año pasado.

-¿Te sorprende que la dirigencia haya desoído el deseo de la gente que en su mayoría quería que te quedaras?

-Yo respeto mucho a la gente y le estoy muy agradecido en todo, porque me permitieron formar parte de la historia de este club. Y de ahí nadie me va a poder sacar, porque ahí te pone la gente. Por supuesto que también el trabajo de uno, porque acá nadie te regala nada. Pero ojo que la dirigencia tiene todo el derecho de cambiar cualquier situación, y yo no puedo objetar nada.

-¿Te vas con algún rencor?

-No. Tuve el mejor grupo de trabajo, y te hablo de jugadores, de utileros, de cuerpo médico, y va a ser muy difícil armar un equipo de trabajo así, con errores y todo ¡eh!. Hoy ya no se puede dirigir como se hacía antes cuando los técnicos te decían "vaya pibe y juegue", ya no es así, ahora hay que trabajar duro.

Costó convencer a Russo para que hiciera un análisis de su segundo ciclo porque estaba apenado.