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 domingo, 06 de junio de 2004

Secretos. Las sombras tapan las revelaciones que sugieren los pasajes subterráneos
El misterio de los túneles de Paraná
Si fueron hechos por los jesuitas, se podría demostrar que Santa Fe se fundó en la actual capital entrerriana

"Desde 1573 hasta 1660 aproximadamente, la ciudad de Santa Fe ocupó parte de la actual ciudad de Paraná; varias de las obras jesuíticas que aún perduran así lo indican", asegura el investigador entrerriano Miguel Angel Mernes, quien advierte la necesidad de rever la historia oficial, no para cambiar los hechos sino el lugar donde sucedieron. El tema vuelve a tener actualidad, a partir de que una misteriosa red de túneles que existe en el subsuelo de Paraná podrá ser estudiada por especialistas, tras aprobar el Concejo Deliberante de esa ciudad una ordenanza que propicia la preservación cultural e histórica de esos pasajes secretos.

La existencia de estos túneles que atraviesan la ciudad fue develada por Mernes, quien atribuyó su construcción a los integrantes de la Compañía de Jesús, más conocidos como jesuitas, cuya historia quedó oculta en muchos casos luego de la expulsión de la Iglesia y de la pérdida de documentos. Si se confirma su teoría de que estos pasadizos eran de la orden religiosa cobraría fuerza la hipótesis que sostiene que Juan de Garay fundó Santa Fe donde hoy se levanta Paraná, ya que la historia oficial indica que los jesuitas estuvieron en Santa Fe y no en la otra orilla.

Mernes explicó que la intrincada red de túneles sirvió inicialmente como defensa para escapar de los ataques de los indios y de los portugueses, pero luego fue utilizada por familias adineradas de la capital entrerriana para el contrabando de mercaderías y de esclavos.

Al parecer, este último uso imposibilitó hasta el momento que los túneles pudieran ser estudiados, debido a que en su interior habría gran cantidad de huesos humanos, probablemente pertenecientes a los esclavos que morían durante el trayecto. Los negros desaparecieron misteriosamente de Paraná durante el siglo XIX.

El investigador, que asegura haber estado dentro de algunos de estos túneles, explicó que esas construcciones tienen una altura tal que permite el paso de un hombre a caballo y el ancho necesario para que por su interior pudieran circular carretas y otros vehículos de la época.

Mernes sostiene también que la red de agua potable de la capital entrerriana no fue construida por la compañía inglesa que se adjudicó los trabajos, sino que sus ingenieros utilizaron la intrincada red de túneles que venía desde el río hasta la actual planta potabilizadora.

Aunque algunos historiadores desestiman la existencia de la red de túneles, cada tanto en Paraná, cuando se cavan zanjas para los cimientos de algún edificio de altura, se han observado extrañas construcciones abovedadas, similares a las detalladas por Mernes.


El misterio
"Estos túneles, por su concepción, por la técnica aplicada en su construcción y por la gran cantidad de mano de obra que implicó su concreción, estimo son de autoría jesuítica", indicó Mernes, basándose en que ellos tenían el conocimiento de la técnica de la construcción en bóveda, arco o "medio punto romano", empleada en su erección; tenían la suficiente cantidad de indios idóneos para llevarlas a cabo; y además fueron ellos quienes, desde el siglo XVII hasta el siglo XVIII, aprovecharon todas las riquezas naturales existentes en las costas del río Paraná y del río Uruguay.

"Ellos fueron quienes necesitaron de los túneles -agrega-, como un medio para la defensa de sus protegidos y como viaductos para trasladar el material extraído del suelo entrerriano y llevarlos hasta el lugar donde se los enriquecería e industrializaría. Aquí habría estado la sede de la gran estancia jesuita de San Miguel, que se hallaba en tierras ubicadas en el paraje denominado «de la Cruz», cuyas habitaciones debieron albergar a los aborígenes que trabajaban en las tareas de extracción y producción de la cal, el yeso y las maderas, amén de los religiosos y el personal de servicio (generalmente negros de Angola)", aseguró el investigador.

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El historiador Miguel Angel Mernes insiste en que se conozca "la verdadera historia".

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