| | domingo, 06 de junio de 2004 |
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-Si usted me lo permite, Inocencio, y como un canto a la justicia sometida y humillada por ciertos hombres que osadamente desafían a la ley universal, quiero seguir con el tema de ayer sobre la solidaridad como forma de gobierno soñada por los patriarcas judíos y por Jesús. Está bastante probado que Judas, el que finalmente entregó al Maestro, era el tesorero o secretario de Hacienda del movimiento que lo seguía. Muchos conocerán ese momento en el que María Magdalena derrama sobre Jesús ese perfume de nardo o alabastro carísimo y los discípulos se indignan (entre ellos Judas) diciendo que se podría haber vendido y distribuido entre los pobres. Aquí se palpa muy bien cual era en lo social la aspiración de los primeros cristianos que, como se sabe, eran todos judíos porque Jesús todavía no permitía que se extendiera el movimiento a los gentiles. Era una comunidad que tenía como premisa la solidaridad en su organización. Precisamente Jesús cuando envía a sus discípulos a evangelizar sólo a "a las ovejas descarriadas de la Casa de Israel" les pide que no lleven nada, ni oro, ni plata, ni túnicas, "porque el obrero tiene derecho al alimento", dice.
-Es interesante también Candi, por la reivindicación de los derechos de los pobres, el caso del joven rico que quería alcanzar el reino de los cielos.
-Claro se acerca el muchacho y le dice a Jesús que él cumplía con toda la ley mosaica y le pregunta que más debe hacer. Este líder de sangre real, descendiente del gran rey David le aconseja que venda todo lo que tiene y lo reparta entre los pobres. Como el joven se queda afligido, pronuncia las célebres palabras: "Cuan difícilmente los que posean riquezas entrarán en el reino de los cielos". Esta cita de Jesús dio cabida a malas interpretaciones: la primera de ellas es que ningún rico puede salvarse y esto no es así. Según algunos filólogos que han estudiado los textos sagrados, Jesús no se refiere al rico en realidad, sino al rico avaro, a aquel que desvía el flujo monetario o el rédito económico hacia sus propias arcas no permitiendo una justa distribución de las riquezas. Jesús no condena al pudiente, sino a aquel que no comparte sus riquezas.
-¿Y que relación tiene esta postura social y económica de este Jesús hombre, líder, de linaje real con la de los antiguos patriarcas judíos?
-En mi opinión toda. Se coincide en que los hermosos poemas bíblicos conocidos como salmos fueron escritos por el rey David. En muchos momentos este monarca marca a fuego su lucha contra la injusticia social. Vayamos, por ejemplo, a unos tramos del salmo 10: "El impío con soberbia persigue al débil", dice. "El impío se gloría de su codicia", enfatiza. "Su boca está llena de maldiciones, de fraudes y embustes", "está sentado al acecho tras los setos, ocultamente mata al inocente", "acecha al pobre para arrebatarlo" y así sucesivamente. En el salmo 12 el rey implora: "¡Sálvame Señor! Pues no hay ya hombres piadosos. Entre los hijos de los hombres cesó la fidelidad", y más adelante en el mismo salmo alude "al dolor de los afligidos y el gemido de los miserables". Es decir, a lo largo de la historia judeocristiana hay una conmovedora preocupación por la cuestión social, hay un fuerte deseo de implantar en el mundo la monarquía o el gobierno de la solidaridad y el amor.
-Convengamos en que eso no se logró merced a la sinrazón, a la necedad, a la inescrupulosidad de muchos líderes cristianos y judíos.
-Esto es cierto, pero es muy cierto también que hay dentro del cristianismo y del judaísmo, y aun fuera de estas dos corrientes religiosas, una masa pensante que comprende cual es el legado en lo social de los patriarcas, de Moisés, de Jesús. Se dirá que el tiempo ha pasado, muchos hermanos han partido sin ver cumplido el ideal de un mundo regido por el amor y la justicia, pero no por eso, Inocencio, vamos a ceder en la lucha, no por eso vamos a entregar, sin más, la nueva Jerusalén con la que los pobres, oprimidos, afligidos, sometidos, humillados y muertos por la barbarie terrorista de todo el mundo en lo material y moral soñaron y sueñan. Después de todo, nada significa nuestro tiempo en la eternidad del mundo y es nuestra tarea, a pesar de todo, seguir con la lucha, desde donde sea y como sea, para instaurar un nuevo orden en el mundo donde impere la paz, la justicia y el amor. No se está tan lejos de ello, aunque no parezca.
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Hermes Binner
Ex intendente rosarino y ex candidato a gobernador de Santa Fe | Ver noticia  | |
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