Marcha por el esclarecimiento del crimen de Martín Medina

Reclamo de justicia a un año de un homicidio aún impune

"Sabemos quiénes lo mataron y los queremos entre rejas", dijeron los familiares

La madrugada del 16 de marzo de 2003, Martín Tincho Medina regresaba a su casa de la villa de Médici al 4700 cuando fue emboscado por cuatro muchachos que, en una presunta venganza, empezaron a golpearlo salvajemente. El joven agredido permaneció internado hasta el 24 de marzo cuando, como consecuencia de la paliza, murió en un sanatorio. A un año de ocurrido, el crimen permanece impune. Por eso, anoche, un centenar de familiares, amigos y vecinos de Tincho marcharon para reclamar justicia.

Martín era el cuarto de los cinco hijos de Antonia Vallejos. Tenía 24 años y trabajaba como peón en un peladero de pollos. Algunos días antes de la agresión, había participado de una fiesta de cumpleaños en el humilde barrio en el cual vivía. En esa fiesta, que se extendió hasta la madrugada, "tuvo una pelea con un grupo de jóvenes pero no pasó de los insultos", recordó ayer la mamá. Sin embargo, entonces fue amenazado por los agresores, quienes "se la juraron".

El sábado 15 de marzo del año pasado Tincho fue con un grupo de amigos a jugar un partido de fútbol en un descampado de Grandoli y Lola Mora, a unas 10 cuadras de su casa. La noche lo agarró en el camino de regreso y a unos 100 metros de arribar a su hogar, cuando ya se había separado de sus compañeros de juego, fue emboscado por cuatro muchachos que habitan la misma barriada.


Una pelea desigual
Entonces empezó una pelea desigual que dejó a Martín malherido en el piso. Mientras los agresores huían con rumbos desconocidos, la voz de alerta recorrió los pasillos de la villa. En pocos minutos Esteban Medina llegó al lugar, levantó a su hermano semidesvanecido y lo llevó hasta el Hospital Roque Sáenz Peña. Después, Tincho sería derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y sometido a una operación.

Los últimos días de Martín transcurrieron en el Sanatorio de la Mujer, donde murió el 24 de marzo. "Presentaba un severo traumatismo de cráneo producido por un golpe con algún elemento contundente", según afirmaron por entonces los investigadores.

Esos mismos pesquisas fueron los que tras el deceso de Martín detuvieron a cuatro muchachos y les imputaron el homicidio. Pero la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara los desvinculó del hecho días más tarde. Desde entonces nadie más fue apresado por el hecho, que a un año sigue sin culpables y sin que parezca contar con alguna investigación.

"Yo no voy a parar hasta que los asesinos de mi hijo estén presos. Si reclamo ahora y no lo hice antes fue porque su muerte me sumió en una profunda depresión. Sólo la ayuda de los Padres del Dolor, y principalmente de Gladys Gauna (la madre de un joven asesinado en barrio Ludueña el 7 de agosto de 2002, hecho por el cual fue procesado un policía -ver página 31), me permitió salir a flote y empezar a recorrer los pasillos de Tribunales para pedir justicia", reconoció ayer la madre de Tincho mientras encabezaba la marcha que partió de Ayacucho al 4500 y llegó hasta el lugar del homicidio, tras caminar unos 400 metros ante la extraña mirada de los vecinos.

"Lo único que me dice la jueza es que en su momento Homicidios no cumplió con las medidas que ella les pidió y que ahora deben realizar nuevas pericias en el lugar donde mataron a mi hijo", concluyó Antonia.

Junto a la mujer marcharon sus hijos, su madre y muchos amigos de Tincho. Ellos eran quienes llevaban la pancarta que decía: "Hace un año que le pegaron cobardemente por la espalda hasta matarlo porque de frente nadie pudo hacerlo".