Roma. - Marwan Al Shehhi y Mohammed Atta, los dos sospechosos de haber piloteado los aviones que el 11 de septiembre derribaron las Torres Gemelas en Nueva York, dejaron muchos recuerdos de una vida desenvuelta y desahogada entre el personal del Woodland Park Resort Hotel de Mabacalat, en las Filipinas. Allí, a pocos kilómetros de una ex base norteamericana, estuvieron varias veces entre 1998 y el 2000 para realizar cursos de pilotaje.
Mientras los agentes del FBI no dejan trascender nada sobre sus movimientos, los camareros del Resort son mucho más locuaces, y en una entrevista con el Herald Tribune reconstruyeron un inédito retrato de los dos. Un retrato que parece confirmar el hecho de que algunos de los terroristas secuestradores tuvieron anteriormente una vida desenvuelta, tal vez con el objetivo de despistar mejor a posibles sospechosos.
Al Shehhi, por ejemplo, sospechoso de ser el piloto que hizo estrellar el avión de United Airlines sobre la Torre Sur, organizó una comida con otros seis o siete amigos. Lo recuerda Gina Marcelo, una camarera del hotel. "Alquilaron -contó- una zona descubierta, con piscina, pagando 1.000 pesos. Bebían whisky Johnnie Walker Black Label y agua mineral. Hicieron una parrillada con cebollas y mariscos. Llegaron con grandes autos, y tenían mucho dinero. Todos estaban acompañados por mujeres".
No daban propinas
Sin embargo, cometieron un "gran error": no dejaron ninguna propina, al contrario de todos los otros extranjeros. "Si lo hubieran hecho -observó la mujer- no me acordaría tan bien de ellos". Victoria Brocoy, una encargada de limpieza del Woodland, tiene bien presente a Atta, el egipcio al que los investigadores consideran autor del atentado contra la Torre Norte. "No era amigable. Si lo saludabas, no te respondía. Si pedía una toalla, no te dejaba entrar en su habitación. La tomaba en la puerta. Pero muchas mañanas vi que había alguna muchacha que salía de su habitación. Siempre eran distintas", dijo.
Otros detalles sobre Atta fueron publicados por el New York Times, pero se refieren a la víspera del ataque terrorista. El 10 de septiembre Atta, junto a Abdulaziz Alomari, pasó la tarde y la noche en el South Portland, en Maine. Allí los dos vagaron un tiempo por la calle principal, y se detuvieron en dos maquinitas que predicen el futuro. Una telecámara de vigilancia muestra a Alomari que sonríe, mientras Atta -considerado el líder del grupo- permanece serio e impasible. (Ansa)