La Cámara de Representantes aprobó ayer un incremento de 9% en el presupuesto de inteligencia, en reacción ante los sorpresivos ataques terroristas del 11 de septiembre. El gasto asignado a la inteligencia nunca se revela públicamente, pero se estima en 30.000 millones de dólares anuales. La iniciativa de autorización de inteligencia de la Cámara baja, aprobada sin disensión, pidió un 2% más de lo que el presidente George W. Bush había solicitado. Sin embargo, el desempeño de las agencias de inteligencia no será evaluado por una comisión externa con facultades para emitir citatorios y requerir documentos, como lo había propuesto originalmente una iniciativa del Comité de Inteligencia, sino que será revisado por un panel de expertos en el tema, sin las facultades mencionadas. El proyecto de ley dará nuevo énfasis al factor humano en la inteligencia, contrarrestando la dependencia de la tecnología, además que liberará a los agentes de restricciones en relación con los sujetos que pueden reclutar para obtener información.