Washington. - La Casa Blanca calificó de "inaceptable" la declaración del primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien el jueves a la noche afirmó que Washington quiere satisfacer a los palestinos para ganar apoyo árabe a su coalición contra el terrorismo.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, criticó las palabras de Sharon y aseguró que "Israel no tiene un amigo o aliado más fuerte en el mundo que Estados Unidos".Washington continuará apoyando a Israel y a los palestinos para que acabe la violencia que sacude Cisjordania y la Franja de Gaza desde hace más de un año y para implementar medidas que creen confianza para retomar las negociaciones de paz, dijo el vocero.
"El presidente George Bush es un amigo muy estrecho de Israel", añadió. "Estados Unidos ha estado trabajando durante meses para presionar a las partes para que acaben con la violencia y que vuelvan al diálogo. Estados Unidos continuará presionando tanto a Israel como a los palestinos para que avancen".
En una conferencia de prensa en Tel Aviv, Sharon había comparado a Israel con Checoslovaquia en 1938, y acusó a Washington de querer "apaciguar" a los palestinos tal como Gran Bretaña y Francia intentaron evitar un enfrentamiento con Hitler antes de la Segunda Guerra mundial permitiéndole anexar el territorio checoslovaco. "Insto a las democracias occidentales y especialmente al líder del mundo libre, Estados Unidos, a no repetir el terrible error de 1938, cuando las democracias progresistas de Europa optaron por sacrificar Checoslovaquia (ante los nazis) por una solución temporal y conveniente", dijo Sharon.
"Israel no será otra Checoslovaquia; Israel combatirá el terrorismo", agregó. "Estados Unidos no está haciendo nada para apaciguar a los árabes a expensas de Israel", subrayó Fleischer.
Alarma de organizaciones judías
Estados Unidos mezcló y volvió a dar las cartas en el conflicto de Cercano Oriente después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, lo que provocó la alarma en algunas organizaciones judías estadounidenses. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que durante sus primeros ocho meses de gestión prefirió no intervenir demasiado, provocó un giro importante en la situación de Cercano Oriente.El hecho de que Washington presione masivamente a Israel para que lleve adelante los esfuerzos por la paz juega a favor de los Estados árabes, cuyo apoyo necesita urgentemente Estados Unidos para su coalición antiterrorista.
Grupos judíos en Estados Unidos se mostraron alarmados. El diario New York Times advirtió ayer: "El gobierno debe tener cuidado de no ponerse injustamente del lado palestino en su deseo por lograr una solución para el conflicto de Cercano Oriente sólo para facilitar la construcción de la coalición".
El gobierno de Estados Unidos, por su parte, trató de minimizar el cambio en su política para Cercano Oriente. El secretario de Estado, Colin Powell, ya había planeado su iniciativa para Cercano Oriente antes de los atentados terroristas e iba a presentarla ante las Naciones Unidas en Nueva York, informó el Departamento de Estado. Con esto, Powell quería "seguir andando como siempre anduvimos" y dejar en claro que un Estado palestino es uno de los objetivos a largo plazo de la política norteamericana, dijo un funcionario estadounidense. Por eso la declaración de Bush a principios de la semana: "La idea de un Estado palestino siempre fue parte de nuestra visión, mientras se respete el derecho de existencia de Israel".
Algunas organizaciones judías en Estados Unidos se mostraron alarmadas. Uno de los grupos judío-americanos más grandes, el Comité Americano Israelí de Asuntos Públicos (Aipac) advirtió contra una iniciativa estadounidense para Cercano Oriente que consienta la creación de un Estado palestino.Pero las organizaciones se encuentran divididas. Más de 50 figuras públicas judías estadounidenses firmaron ayer una carta en la que le daban su apoyo completo a Bush para su política en Cercano Oriente. (DPA y Reuters)