Las autoridades de Estados Unidos emprendieron una enérgica campaña ayer para mantener a la economía estadounidense lejos de la recesión, al recortar las tasas de interés con el objetivo de reinstalar la confianza y suavizar el impacto de los ataques de la semana pasada.
De ese modo, la Casa Blanca se adelantó a lo que puede ser una profundización de la desaceleración económica que ya venía atravesando el país y no descartó la posibilidad de una reducción de impuestos para estimular la producción. Por lo pronto, la administración Bush ya anunció que canceló las operaciones de este mes para readquirir la deuda nacional a fin de mantener "la flexibilidad fiscal".
El presidente estadounidense, George W. Bush, mostró ayer su confianza en poder acordar con el Congreso "un programa que estimule a la economía, para enviar una señal clara" a los mercados y reconoció que la economía, en situación delicada antes de los atentados terroristas de la pasada semana, afronta un futuro aún más complicado, pero se mostró confiado en el futuro.
Como primera medida, ayer la Reserva Federal (FED) recortó las tasas de interés en medio punto porcentual, la octava baja desde comienzos del año, una medida que fue imitada posteriormente por el Banco de Canadá y los aliados europeos, mientras que el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, pidió a los inversionistas "comprar activos estadounidenses".
Una hora antes de la apertura de las bolsas de Wall Street por primera vez desde la masacre del World Trade Center, la FED redujo 50 puntos básicos en las tasas de interés interbancaria que pasó del 3,5 al 3 por ciento.
Las señales iniciales del mercado no fueron tranquilizadoras, luego de que los inversionistas salieron en desbandada de las acciones y los mercados que esperaban un auge "patriota" vieron diluir sus esperanzas a medida que avanzaba la jornada.
Las autoridades del Comité de Mercado Abierto de la FED, reconocieron que los sucesos de la semana pasada representan una amenaza adicional a la debilitada economía norteamericana.
El estado de situación se reflejó en el comportamiento del mercado accionario, donde el promedio industrial Dow Jones de la Bolsa de Nueva York y el índice Nasdaq cayeron desde la apertura.
Medidas adicionales
Aunque todavía no están definidas, el gobierno de Bush no descartó la posibilidad de echar mano de medidas adicionales a la baja de tasas para inyectar confianza en los mercados. Así, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, consideró que "es demasiado pronto" para hablar de una nueva reducción de impuestos, después de que el año pasado se puso en marcha una rebaja fiscal por valor de 1.350 millones de dólares en diez años.
O'Neill aseveró que el gobierno de Washington estudia medidas fiscales dentro de un programa para reactivar la economía. "Estamos revisando una amplia variedad de posibilidades, desde la reducción del gasto hasta una reducción de impuestos", expresó el secretario del Tesoro norteamericano.
También afirmó que la economía de Estados Unidos volverá a tener un ritmo de crecimiento rápido en los próximos meses, para alcanzar 3,2 por ciento en 2002, pese al impacto de los atentados.
"Veo que empezamos a salir de una tasa de crecimiento real muy baja y pienso que seguiremos esa orientación. Creo que empezábamos a ver señales de que nuestra economía volvía a tasas de crecimiento respetables", antes de los atentados, dijo O'Neill.
En tanto, un vocero del Departamento del Tesoro indicó que la cancelación de la operación de recompra de deuda anunciada ayer se prolongará por varias semanas y explicó que esa determinación se tomó para afrontar gastos imprevistos.
"El Tesoro proyecta reanudar sus operaciones regulares de compra de la deuda con las fijadas para el 18 y 25 de octubre", precisó una fuente oficial.
Los recursos generados por los excedentes en los ingresos tributarios eran utilizados por el Departamento del Tesoro para adquirir valores y reducir de esa manera la deuda pendiente del gobierno.