Jerusalén. - Una guerra contra el terrorismo liderada por EEUU puede estar apenas en proceso de diseño, pero el primer ministro israelí, Ariel Sharon, no ha perdido tiempo para dar a conocer sus condiciones en una eventual participación. Israel, dijo Sharon en una serie de entrevistas periodísticas, no hará esfuerzos extraordinarios para ayudar a su aliado guardián, EEUU, a atraer a naciones árabes a una coalición antiterrorista, tras los devastadores atentados de la semana pasada en Nueva York y Washington. "Nuestra respuesta, clara e inequívoca, es que esto no se librará a costa nuestra", dijo Sharon.
Para expertos en temas de Medio Oriente, es obvio: un apaciguamiento de la tempestad de casi un año entre Israel y los palestinos sólo significaría cielos más despejados por delante para la campaña liderada por Washington. Pero con la composición de la alianza todavía desconocida y los alcances de la próxima guerra estadounidense aún confusos, Washington tiene todavía que ejercer presiones sobre cualquiera de las partes para la reanudación de conversaciones de paz. "A esta altura, hay un claro pedido de que Israel y los palestinos traten de situar su conflicto al rescoldo", dijo el analista estratégico israelí Joseph Alpher. "Una cosa es cierta, al menos a un cierto nivel, ni el líder palestino Yasser Arafat ni Sharon están haciendo lo que a EEUU le gustaría ver tratar de explotar esta oportunidad, esta trágica oportunidad, para frenar la violencia", agregó.
El domingo, Sharon impidió a su moderado ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, reunirse con Arafat, condicionando tales conversaciones a por lo menos un período de paz y quietud de 48 horas. Arafat respondió diciendo que los palestinos ya estaban comprometidos con una tregua. Pero los familiares sonidos de las balas seguían resonando en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Mucho podría depender en precisamente cuáles son los países que EEUU recluta en su persecución del principal sospechoso, Osama Bin Laden, y de la campaña militar contra lo que cataloga como "terrorismo internacional". Una operación amplia para "erradicar el terrorismo en cualquier parte donde se encuentre" colocaría a Israel firmemente al lado de EEUU, dijo Alpher. Sin embargo, Washington podría optar por integrar "alianzas tácticas con otros que han estado tolerando y alentando algo similar al terrorismo durante años", agregó.
Sharon ya ha instado a EEUU a excluir al archienemigo israelí, Siria, que ya figura en una lista negra del Departamento de Estado de países que considera auspician el terrorismo. La semana pasada, Damasco condenó los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono. "Cualquiera que piense (...) que simplemente puede llegar ante el mostrador e inscribirse, se equivoca. En mi opinión, quien sea que esté involucrado en el terrorismo no estará en esta coalición", dijo Sharon, agregando que, primero, sería necesario que se reprimiesen a extremistas dentro de sus propios territorios.
La historia se repite
Para muchos israelíes, es un caso de la historia que vuelve a repetirse. En 1991, cuando otro George Bush, el padre, estaba en la Casa Blanca, EEUU configuró una coalición de naciones occidentales y árabes para expulsar a las fuerzas de Irak del vecino emirato de Kuwait. Entonces, Washington presionó exitosamente a Israel para que se mantuviese al margen, a fin de despejar el frente de batalla para la participación de sus aliados árabes en la coalición que libró la Guerra del Golfo.
Israelíes con máscaras antigases se guarecieron en habitaciones que sellaron con cinta adhesiva y plástico y las fuerzas israelíes se mantuvieron en sus bases, mientras decenas de misiles Scud lanzados por Irak hacían impacto en sus ciudades. Ninguno de los misiles iba provisto de las temidas ojivas con armas químicas, pero sí llevaban un poderoso golpe psicológico.
Mientras seguían humeantes los escombros de la devastación en las Torres Gemelas , los medios israelíes comenzaron a plantear la perspectiva de si Israel sería de nuevo blanco de sus enemigos, una vez que sus aliados contraataquen. "Yo no creo que sería apropiado detallar aquí lo que haríamos en una situación específica", dijo Sharon, ante consultas sobre qué sucedería si Israel es nuevamente blanco de misiles. "Tenemos un diálogo estratégico y relaciones sumamente estrechas con EEUU. Pero eso dista mucho de que sea Israel quien pague el precio", agregó. El estado mayor del ejército israelí, dijo, ya estaba sopesando las alternativas de Israel. (Reuters)