| Los teléfonos móviles parecen maquinillas de afeitar aplicadas a la oreja, para hacerle compañía. Me voy. Ya voy. Hace frío. ¿Te has acordado de comprar queso rallado? A veces un teléfono móvil sirve para comunicar un accidente, una agresión, y entonces el cacharrillo se agiganta y puede alcanzar la condición de mejor amigo del hombre y, cómo no, de la mujer. Hete aquí que ahora descubrimos que esos móviles forman parte de un tríptico impotente, a manera de frágil dique frente a la muerte: el am... |