Año 49.067
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  25 de
marzo de 2001
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Oscar 2001. La acción domina entre las candidatas a mejor película
El gusto americano en películas
"Gladiador", el filme de romanos de Ridley Scott, se perfila como la gran favorita a llevarse la estatuilla mayor

Las películas de acción dominan este año el rubro a mejor filme con "Gladiador", de Ridley Scott, y "El tigre y el dragón", de Ang Lee, a la cabeza, seguidas de las dos dirigidas por Steven Soderbergh, "Traffic" y "Erin Brockovich", y por "Chocolate", de Lasse Hallstrom.
"Gladiador", protagonizada por Russell Crowe, es una de las favoritas. Retoma las películas de romanos, un género que hizo a la gloria de Hollywood y que desde hace años estaba en el olvido. Con algunos toques narrativos impensables para el cine de los años de oro, el filme de Ridley Scott se ganó de esa manera la simpatía de los espectadores, quienes sintieron que la historia no era una antigüedad.
Russell Crowe interpreta a un general romano fiel al emperador filósofo Marco Aurelio. Cuando éste decide abdicar le ofrece el puesto, relegando a su propio hijo, el disoluto Cómodo. El general lo rechaza pero Cómodo mata a su padre y decide vengarse del soldado, arrasando sus propiedades y familia en España y ordenando su ejecución. Pero el general es un hueso duro de roer y escapa de sus verdugos, para caer en manos de un traficante de esclavos, quien al ver el buen porte del hombre cree que puede ser un interesante gladiador.
De esa manera, el general comienza una carrera en las arenas del circo romano y su popularidad llega a ser tan grande, que eclipsa la fama del emperador, quien un día descubre que ese gladiador es el soldado a quien mandó a matar. Comienza entonces un singular duelo entre el soberano y el luchador, que tendrá como escenario tanto la arena como el palacio.
"El tigre y el dragón", de Ang Lee, es un entretenido filme de artes marciales. Hecho con lo mejor de la tecnología y con una cuidada coreografía para las batallas, se llegó a hablar de esta película como "The Matrix" a la oriental. La historia es sencilla y sin mayores consecuencias para la mente del espectador. Un viejo guerrero decide dejar el oficio. Envía su poderosa espada a un templo en la capital del imperio chino, pero el arma es robada por las fuerzas del mal. Esto obliga al guerrero a retornar a la actividad y también a enfrentar una situación a la que siempre escapó. Se trata del amor por una colega, quien lo corresponde pero cree que es el hombre el que debe declararse.
"Chocolate", la nueva película de Lasse Hallstrom, es una obra pequeña, agradable, pero a la que el peso de una nominación al Oscar le queda demasiado grande. Es una fábula sobre la libertad y la represión. El chocolate es un símbolo de la libertad y el placer, que tiene sus enemigos en el respeto ciego a tradiciones que lo único que hacen es encadenar el corazón humano.
Una de las cartas a favor de la película es la actuación de Juliette Binoche. Otra es la perfecta factura técnica, que recrea las calles empedradas y las construcciones antiguas de un pequeño pueblo francés olvidado por la historia.
Sensiblera y con algunas gracias, como que Johnny Depp toque la guitarra, "Chocolate" es una película bien contada, pero le falta la dosis de gran espectáculo que le gusta Hollywood y tampoco tiene el matiz de tragedia que para la Academia es, a veces, un buen sucedáneo del show, como lo demostró el año pasado el triunfo de "Belleza americana".
"Erin Brockovich" y "Traffic" son producto de un mismo realizador, Steven Soderbergh. Las dos cuentan con megaestrellas como Julia Roberts y Michael Douglas, ambos en papeles de características distintas a las que los hicieron famosos.
En "Erin Brockovich. Una mujer audaz" Julia Roberts es una madre divorciada, con hijos a cuestas y una manera de vestir provocativa, con minifaldas y remeras de generoso escote. Esto hace que le cueste conseguir un trabajo. Cuando logra uno en el estudio de un abogado, su bella figura le ocasiona problemas, porque nadie espera que sea inteligente y dedicada. Cuando descubre un caso "gordo" las cosas no se la hacen más fáciles, pero ella pone todo sus empeño y consigue que el estudio le haga juicio a una empresa gigantesca que dañó el medio ambiente y causó enfermedades mortales a los habitantes de un par de pueblos.
Basado supuestamente en un caso real, la película está en la línea de los filmes de denuncia como "El informante" y "Una acción civil", que indagan en el costado negativo de los grandes negocios.
"Traffic" es un filme con más pretensiones que "Erin Brockovich". Tiene un importante juego temporal: cuenta tres historias paralelas que abordan el tema de las drogas desde diferentes puntos de vistas. Uno es la mirada de un juez que fue encargado de combatirlas pero descubre que su hija es adicta. El segundo es el de la esposa de un traficante, que hace todo lo posible para no poder el nombre y la fortuna que su marido supo hacer a partir del narcotráfico. La tercera es la visión de un policía mexicano que queda atrapado en el juego sucio de un general que, supuestamente, combate el tráfico. Ante ello decide jugarse su carta y convertirse en un héroe romántico, que pelea sólo contra un poder que, según se asegura, es más fuerte que el de cualquier gobierno de la Tierra, incluso que el imbatible.campeón de la justicia que es el gran país del Norte.
Planteadas así las cosas, la gran chance es para "Gladiador", seguido por "Traffic", que puede dar el golpe por su mirada pretendidamente crítica hacia un drama que afecta no sólo a Estados Unidos sino a todo el mundo y que, como película, tiene inmensas pretensiones artísticas, que en algunos casos se cumplen y en otros quedan sólo como eso, pretensiones de convencer a la gente de que está viendo una obra de arte.


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