Reflexiones

La Opera Latino Americana

Guido Martínez Carbonell (*)

El 16 de junio pasado, en la andina y oceánica ciudad de Santiago de Chile, quedó constituida la Opera Latino Americana (OLA), con la participación de los principales y centenarios teatros líricos de Latinoamérica. México, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Uruguay, Chile y Argentina dijeron presente y volcaron sus experiencias operísticas en un encuentro que nos identificó y hermanó estratégicamente. La Argentina estuvo representada por los teatros Colón de Buenos Aires, Argentino de La Plata, San Martín de Córdoba y nuestro teatro El Círculo.

Asumimos el histórico momento llenos de orgullo por haber sido nuestra ciudad y teatro socios fundadores. Se nombró un directorio y la presidencia, que rotará cada dos años, recayó en el Teatro Municipal de Santiago, que celebra sus 150 lozanos años.

El intercambio de vestuarios, escenografías, puestas de óperas, entre otras, serán nuestras tareas habituales a concordar a través de un sitio web, en red, operado por un administrador, el cual podrá ampliarse a producciones de ballet y conciertos. Acordamos desarrollar cursos de perfeccionamiento para personal técnico y oficios,como los de peluquero y zapatero, que se van perdiendo entre generación y generación, y sentamos las bases de un concurso de canto lírico latinoamericano, para atesorar las voces de nuestra tierra, distinguidas a lo ancho del mundo por su hondura y coloratura peculiar. También establecimos vínculos de actividades con la Opera América y la Opera Europa.

Como decía James Whistler: "El arte pese a todo ocurre". La ópera hoy parece lograr alianzas, naturales entre países vecinos, que nuestros gobernantes en muchos años no han podido cristalizar. Nuestro Teatro, junto con "Opera de Rosario", ya ha elaborado diversas escenografías de óperas que teatros colegas solicitan, ha confeccionado el vestuario de "La Boheme" y hará el de "Carmen" para octubre, habilitando en sus dependencias diversos espacios talleres y de conservación. Así, títulos de repertorio podrán ser repuestos en el futuro. La ópera hoy es un espectáculo más para ver que para escuchar, en que se amalgaman teatro, danza, música, plástica, etcétera, con un soporte informático en sus escenografías virtuales y subtitulados que habla el lenguaje audiovisual, y a veces televisivo, de las jóvenes generaciones, haciendo estallar una recreada belleza ante los ojos del espectador más desprevenido, convirtiéndolo en admirador perdurable. Claro que este género hunde sus pies en nuestras raíces más cercanas; no en vano en la Sala de las Banderas de nuestro querido Monumento Nacional a la Bandera, flanqueando las banderas de los países latinoamericanos se encuentran las de Italia y España. Nuestro Teatro El Círculo, ex de la Opera, nombre que decayó con el género hasta el día de su anunciada —y afortunadamente malograda— demolición, como toda asociación cultural , centenaria y vigente, no sólo acompaña los acontecimientos artísticos de la época, sino que, como pensaba Charles Baudelaire, se anticipa sintiendo los nuevos aires de la modernidad, entendida ésta no como escuela sino como cambio: profetiza el presente, y representa además de la realidad actual, la que ha de venir.



(*) Presidente del Teatro El Círculo