Sube la venta de garrafas y las entregas sufren demoras

Las empresas no tienen logística para atender el triple de pedidos con la rapidez habitual

Los usuarios de gas envasado en garrafas no tendrán que temer, en principio, por futuros problemas de abastecimiento aunque deberán esperar un par de horas más de lo acostumbrado para recibir el producto en sus viviendas. Sucede que, según coincidieron varios distribuidores consultados, en general no cuentan con infraestructura para satisfacer la actual demanda, tres veces superior a la registrada en los últimos cuatro inviernos.

   Tal como reflejara La Capital en su edición del martes, este año el frío invernal llegó antes y con mucha más dureza que en los últimos años. Esto sorprendió no sólo a los usuarios de garrafas sino también a sus proveedores, que de golpe se encontraron con entre un 30 y un 40 por ciento más de pedidos.

   “Por lo que estuvo pasando en los últimos cinco años, muchos garraferos seguían descreídos de que alguna vez volviéramos a tener un invierno de verdad. En julio del año pasado festejé mi cumpleaños comiendo un asado y estaba en remera. Y ahora no damos abasto, ayer estuvimos repartiendo garrafas hasta las 10 de la noche” fue el ejemplo que, muy cerca de la confesión, realizó un comerciante del sector cuando se le pidió que comparara la demanda de este invierno con la de 2006.



Logística. “El producto está, lo que no tenemos es logística para atender a la demanda rápidamente”, explicó Sergio Navarro, de la distribuidora Extragas, y rápidamente aclaró: “Más allá de las complicaciones, los pedidos se cumplen igual con la diferencia de que si antes llevábamos la garrafa en 20 minutos ahora la demo- ra es de dos horas”.

   Esta tardanza es fácil de explicar: en los últimos tiempos, los distribuidores de gas envasado trabajaban sin problemas con el mismo personal y la misma flota de vehículos durante todo el año. Por cuestiones climáticas, los últimos inviernos no implicaron grandes incrementos en la demanda. Pero este año el frío vino diferente, y no hay empleados ni camiones que alcancen para satisfacer los pedidos.

   Si bien en el rubro del gas envasado, como en el resto de los combustibles, hay cupos relacionados con los valores de venta históricos de cada empresa, los comerciantes consultados se mostraron confiados de que no van a faltar garrafas. No obstante, hay negocios adonde no llegan.

   “Hay gente que compra las garrafas en lugares que venden principalmente otras cosas y donde ahora están escaseando. Esos comerciantes dicen que no les entregan, pero en realidad es probable que hayan vendido en una semana todo lo que tenían para vender en la temporada. El producto está; los inconvenientes aparecen en la distribución”, confió Esteban, de Totalgaz.

   Como toda crisis, la energética alienta cierta psicosis. “Cuando se termina la garrafa —explicó un comerciante— los clientes llaman a su proveedor habitual. Pero al enterarse de que hay demoras, muchos toman la guía y empiezan a llamar a todos. Y le compran al que llega primero”. l

Las firmas distribuidoras no dan abasto con las entregas de los pedidos.