"Hay un exceso de provisión de agua potable"

Lucas Ameriso / La Capital

"Hay un exceso de dotación de agua por habitante en la Argentina, una situación que se debe cambiar a futuro. La gente riega la vereda con una manguera, pero cuando se le advierte el mal uso se queja. Nuestro país consume entre 600 y 800 litros por ciudadano al día, cuando podría utilizar una cantidad mucho menor. Este hábito implica una enorme inversión, cuando en realidad se podría dar agua a mucha más gente, con una entrega racionalmente menor". Con estas palabras el titular del Instituto Nacional del Agua (INA), Raúl Lopardo, se refirió al recurso natural más preciado. El ingeniero hidráulico visitó la ciudad el jueves pasado para conmemorar el Día Mundial del Agua y habló con La Capital.

-¿Cuál es el aporte del INA en Santa Fe?

-Vamos a hacer el plan hídrico de la provincia para planificar las obras estratégicas que le hacen falta a la ciudad. Será un trabajo de unos 24 meses. Entre sus antecedentes, el INA hizo el estudio del Puerto de Rosario en relación al dragado.

-¿En Argentina sobra el agua?

-Depende de en qué lugar del país uno esté ubicado y de qué estrato social son sus consumidores, los problemas son diferentes. La Argentina es un país con grandes diferencias y muy complejas condiciones debido al agua. Todo el mundo opina que el país es húmedo, pero no es cierto. La Argentina tiene el 61 por ciento de su superficie árida. Llueve menos de 500 milímetros por año. Ocurre que tenemos sólo el 6 por ciento de la población del país allí, y entonces pensamos que no existe. Y nuestro problema es el exceso de agua en el otro 75 por ciento de la población que vive en este 24 por ciento húmedo. En la zona de escasez, la vida se produce en los oasis, como Mendoza, San Juan, Río Negro. Hay que buscar el riego para sobrevivir y aquí curiosamente es donde hay más cultura del agua. Mendoza concentra las principales leyes y la mayor concientización en el uso del agua en estas regiones desérticas.

-¿Qué pasa en esta zona?

-En el Litoral, las problemáticas son distintas. Una es el exceso, la inundación, la lluvia excesiva, los malos desagües, las dificultades de soluciones estructurales. Y está el problema de la calidad, que es el deterioro del agua por la gran urbanización. Esto plantea a quien provee el servicio un desafío permanente y son muy dificiles las inversiones sustentables, con costos de mantenimiento.

-¿El agua es un recurso en el que todos tiene acceso pleno en Argentina?

-Tenemos que cuidar los acuíferos. No creo que una invasión nos quite este recurso. Pero tengo miedo que nosotros mismos lo hagamos inmanejable por la contaminación.

- ¿Hay conciencia empresarial sobre el volcado de efluentes tóxicos a los recursos hídricos y a su vez control estatal?

-Creo que con el tiempo se está notando. Sobre todo por la labor de las ONGs y se ha creado la secretaría de Medio Ambiente, pero lo que es difícil es acortar los plazos.

-¿Hay una deuda con los sectores de bajos recursos que no acceden a agua segura?

-Nuestro desafío es lograr agua segura. Y como desafío a futuro, darle cloacas al 50 por ciento de la población que no cuenta con este servicio. Hay que hacer inversiones, mantenerlas y la sociedad debe asumirla.