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 martes, 19 de septiembre de 2006  
Crónicas regionales. Un paseo por la historia y el presente de localidades de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos
Santa Isabel, un pueblo cálido y amistoso
La pequeña comunidad santafesina vio crecer al legendario rockero Norberto "Pappo" Napolitano

Carlos Walter Barbarich / La Capital

Santa Isabel. - En la calidez de su gente se puede descubrir el perfil de este pueblo de alrededor de cinco mil habitantes, en donde como siempre las charlas entre vecinos son moneda corriente y la amabilidad con los visitantes es un hecho común.

Santa Isabel se encuentra en el departamento santafesino de General López, a la vera de la ruta provincial 94 y a cinco kilómetros de la ruta nacional 8. La superficie del distrito es de unas 33 mil hectáreas que se caracterizan por el alto valor en el mercado de tierras.

El territorio isabelino fue dominado por los indios aucas o araucanos que incursionaban desde la cordillera de los Andes, a lo largo del río Quinto, en busca de la abundante fauna que en esa época poblaba esta parte de la provincia. En 1776 se levantaron los fuertes de Melincué, India Muerta, Pavón y Esquina, quedando la zona fuera de esa línea de fronteras.

Actualmente, la comunidad se dedica de lleno a la actividad agropecuaria, con la particularidad de que priman los latifundios sobre los minifundios, por lo que prácticamente no existe la típica clase media de colonos propietarios de hasta 100 hectáreas, hecho que sí sucede en otros distritos de la región.

Al respecto, el presidente comunal Juan Enrique Lombardi graficó que el 70 por ciento de las tierras de su jurisdicción está en muy pocas manos y el 30 por ciento restante pertenece a los pequeños productores de la localidad.

Pese a su estrecha cercanía con Villa Cañás, Santa Isabel tiene una fuerte conexión comercial con Venado Tuerto y prueba de ello son los cuatro servicios diarios de comisionistas con que cuenta.

La pasión futbolera de los isabelinos está dividida por igual en dos clubes: Juventud Unida y Belgrano. Algunos dicen que ahora la "bronca" no es como antes, pero que aún persiste la arraigada rivalidad entre ambos.

Entre los personajes famosos se destacan los futbolistas Ramiro Fassi y Laureano Tombolini, quienes siempre hacen mención a su pueblo natal cuando los consultan los periodistas. "Son los embajadores de Santa Isabel, y el pueblo es conocido por ellos. Con Pappo pasó lo mismo desde el momento en que dijo que había nacido en Santa Isabel", explicó el vecino Mario Kovacevic.

Otro motivo de orgullo para la comunidad es el edificio de la Sociedad Italiana construido en 1909, un año después de la fundación de Santa Isabel, y uno de los principales ámbitos socio-culturales en donde se realizan cenas, bailes, teatro y cine, entre otros acontecimientos.

"En ese edificio se escribió gran parte de la historia del pueblo y es un sitio emblemático para todos", relató Gustavo Díaz, encargado de otro referente histórico: el Hotel Central.


El paso del "Pibe" Cabeza
Un hecho que duerme en el inconsciente colectivo y que se trasmite de generación en generación es el paso del legendario ladrón Pibe Cabeza. María Angélica Arona (80) aún recuerda con lujo de detalles el cinematográfico asalto ocurrido el 13 de enero de 1936 que la marcó para siempre.

"Me acuerdo que mi mamá me había mandado a la tienda de Alianak (Los Dos Turquitos). Tuve que llamar a la puerta porque era muy temprano y estaba cerrado. Cuando me abrieron, también se metieron tres sujetos armados que buscaban dinero", evocó.

"Uno de ellos era el Pibe Cabeza, a quien nunca podré olvidar porque tenía unos ojos celestes increíbles que metían miedo, el otro era Caprioli y el tercero Ritondale, que era de Santa Isabel y actuaba como entregador".

"Ritondale me tomó de rehén mientras los otros se llevaban lo que podían, aunque sólo pudieron llevarse unas libras esterlinas, billetes nacionales y algunas otras cosas que encontraron porque Alianak había llevado el dinero al banco", contó la mujer.

"En medio del atraco apareció un vecino llamado Obdulio, quien tenía un anillo valioso que era un recuerdo de la familia y el Pibe Cabeza le dijo que se lo sacara o se lo llevaba con dedo y todo. Después metieron a Alianak en la trastienda y le puso el revólver en la cabeza. Ahí empecé a llorar desconsoladamente", recordó.

"Ahora me doy cuenta que tenían ametralladoras, pero en ese momento no sabía qué tipos de armas eran. Se fueron del pueblo como llegaron, raudamente", apuntó.

La banda, que venía de cometer otros atracos en Carmen -una localidad ubicada a unos 30 kilómetros de Santa Isabel-, se movilizaba en un automóvil Ford. "La banda tenía mejores armas que la policía y el auto era tan rápido que los efectivos de Carmen no los pudieron alcanzar", relató María Angélica.


Estancia San Miguel
A escasos kilómetros de Santa Isabel se encuentra la estancia San Miguel, fundada en 1857 por don Miguel Rueda, diputado conservador durante los gobiernos de Justo José de Urquiza y Bartolomé Mitre.

Desde hace seis años la casona estilo francés recuperó su esplendor gracias a su explotación turística que lleva adelante el rosarino Miguel Rueda, el cuarto descendiente de la familia. La estancia tiene una arboleda añeja, que junto al paisaje de humedales y una arquitectura ecléctica la vuelven un lugar bucólico para pasar un fin de semana al aire libre.

En el lugar no falta nada. Hay seis habitaciones lujosas con baños y una amplia terraza desde donde se puede divisar la inmensidad del campo. También cuenta con salas de lectura y juegos, con un acogedor hogar que acentúa el ámbito campestre que buscan los visitantes cuando llegan a San Miguel.

El patio que antecede a la casa es otro lugar preferido. Allí se practican deportes ingleses como croquet o minigolf, cabalgatas y largas caminatas. Otro atractivo son los paseos en sulky y en lanchas por las lagunas linderas, fundamentalmente la de El Hinojo.


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La mayoría de los habitantes se dedican a la actividad agropecuaria.

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