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 sábado, 05 de agosto de 2006  
Desaparecidos. Primer represor sentenciado tras la anulación de las leyes del perdón
El Turco Julián, condenado a 25 años por el caso Poblete
El tribunal le aplicó la pena pedida por la fiscalía. Hubo conformidad entre los familiares de las víctimas

La Justicia condenó ayer a 25 años de prisión al represor Julio Simón (alias Turco Julián) por el secuestro y las torturas que sufrieron en la última dictadura militar los desaparecidos José Poblete y Gladys Hlaczik y el ocultamiento de la hija del matrimonio, en el primer proceso realizado tras la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida.

Simón, quien la semana próxima cumplirá 66 años, fue condenado por mayoría por "privación ilegal de la libertad doblemente agravada (por su condición de funcionario público y por haber durado más de un mes), la imposición de tormentos en perjuicio de perseguidos políticos y ocultamiento de una menor", todos los delitos en concurso real.

El tribunal no sólo ratificó la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad sino que, además, ordenó abrir investigaciones para saber si Poblete y su esposa fueron torturados por otros represores, además de Simón y de Juan Antonio Colores Del Cerro, quien murió meses atrás en prisión.

Impávido, y con el mismo pulóver azul que usó durante todo el juicio, Simón escuchó el fallo sin decir palabra, como durante todo el proceso, incluso ayer, al desistir del derecho a hablar por última vez antes de la sentencia.

La reacción sí apareció a sus espaldas: apenas el presidente del Tribunal Oral Federal Nº5, Luis Di Renzi, pronunció el número "25", el recinto se colmó de aplausos y de insultos contra el ex policía por parte de familiares de las víctimas y agrupaciones de derechos humanos, que ignoraron los reclamos de silencio para poder seguir con la lectura del veredicto. "Este es el primero, vamos por más", dijeron entre abrazos y lágrimas.

En la sala estaban el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y dirigentes del Centro de Estudio Legales y Sociales (Cels), encabezados por el periodista Horacio Verbitsky.

La gran ausente en todo el proceso fue Claudia Victoria Poblete Hlaczik, la joven hija del matrimonio desaparecido que recién recuperó su identidad en el 2000, cuando sus apropiadores fueron condenados.

Desde el 28 de noviembre de 1978 se encuentran desaparecidos Poblete, ciudadano chileno que había perdido sus piernas en un accidente de tren e impulsó el Frente de Lisiados Peronistas, y Hlaczik, una estudiante de psicología que ocho meses antes había dado a luz a Claudia Victoria. Tras los secuestros, la niña fue entregada al teniente coronel retirado Ceferino Landa y su mujer, Mercedes Moreira, quienes la anotaron como propia.

Simón, sargento de la Policía Federal hasta 1983, ex agente del Batallón 601 del Ejército e integrante activo de los centros clandestinos Club Atlético, El Banco y El Olimpo, fue símbolo de la crueldad con la que los represores sometieron a sus víctimas.

Numerosos sobrevivientes dieron cuenta del sadismo del Turco Julián. "Acá nosotros somos Dios; decidimos la vida y la muerte", dicen que solía decir.

La Fiscalía y la querella coincidieron en las graves pruebas para acusar a Simón de los vejámenes que sufrieron Poblete y su esposa cuando estuvieron detenidos en El Olimpo, pero discreparon a la hora de pedir la condena.

El fiscal Raúl Perotti había exigido 24 años y medio de cárcel para Simón, pero Buscarita Roa (madre de Poblete) y el Cels reclamaron 50, cifra fijada con la última modificación al Código Penal luego de la llamada ley Blumberg.
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Nora de Cortiñas (de Madres) y representantes de organismos frente a los Tribunales porteños.

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