Polémica por estatuas del Tercer Reich en el estadio de Berlín

Berlín.- La proximidad del Mundial de fútbol de Alemania 2006 ha reavivado la polémica en torno a unas esculturas gigantes de atletas en el Estadio Olímpico de Berlín que fueron construidas durante el Tercer Reich y en las que sus críticos ven una idealización racista del ser humano.

Las cerca de dos decenas de estatuas tienen hasta seis metros de altura y fueron encargadas directamente por Adolf Hitler para adornar el escenario de los Juegos Olímpicos de 1936, utilizados por los nazis como plataforma propagandística. Representan a atletas de fuerte constitución y entre sus autores se encuentran algunos de los escultores favoritos de Hitler como Joseph Weckerle (1880-1959), Karl Albiker (1878-1961) y Arno Breker (1900-1991).

El debate en torno a las figuras en las inmediaciones del estadio en el que se disputará la final del 9 de julio se mantiene ya desde hace años. Cuando falta poco más de una semana para el comienzo del Mundial, varios renombrados críticos exigen ahora que se mantengan apartadas de la vista de los aficionados de todo el mundo.

“Por lo menos tendrían que ocultarse las figuras de Arno Breker, pero entonces indicando por qué”, dijo la publicista Lea Rosh, iniciadora del Monumento a los Judíos Asesinados en Europa construido en el centro de la capital alemana. “Breker era un gran nazi. Ya es suficientemente terrible que estas estatuas ocupen un espacio público”, añadió en declaraciones al diario B.Z..

Por su parte, el escritor Ralph Giordano, de procedencia judía, fue más allá y declaró al mismo rotativo: “Las figuras son feas y embusteras. Exijo que se quiten del Estadio Olímpico. Habría que desmontarlas rápidamente sin dejar rastro y desguazarlas. Sólo taparlas sería simbólico, un símbolo de cómo Alemania hace frente a su pasado nazi, es decir, no con la suficientemente consecuente”.

Las declaraciones de ambos generaron fuertes reacciones por parte de expertos en arte, recogidas hoy por el diario Bild. “Destruir las obras de Breker no sería mejor que las quemas de libros de los nazis. Las estatuas no son arte nazi, sino documentos de una época. Este estilo se encuentra en París, Moscú y Ankara. Breker tampoco era un gran nazi. Por el contrario, ayudó a muchos perseguidos”, afirmó el catedrático austriaco Ernst Fuchs.

Por su parte, John G. Bodenstein, otro estudioso de Breker, habló de difamación y consideró que el artista “en su obra ensalzó al ser humano siguiendo la imagen de la creación y no a un sistema político”. Según Charlotte Breker, viuda del escultor, las estatuas “no tienen nada de arte nazi”.

Breker, el artista en el que se centra el debate, fue uno de los escultores alemanes más famosos del siglo XX y es a menudo citado como el escultor favorito de Hitler. Los nazis recurrieron a menudo a sus servicios, pero después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) retrató también a personalidades como Salvador Dalí, Ernst Juenger o Konrad Adenauer.

El Museo Georg Kolbe de Berlín dedica hasta el 20 de agosto una exposición especial a las estatuas en el complejo olímpico. Según su comisaria, Ursel Berger, las estatuas son un ejemplo del arte de su tiempo y cuando fueron creadas nadie las entendió como racistas: “Nadie se asustó en 1936 y con los visitantes internacionales del Mundial no va a ser diferente, pues figuras así adornan también otros estadios europeos”.

La ciudad de Schwerin mostrará del 22 de julio al 22 de octubre una exposición dedicada a Arno Breker, la primera desde el final de la Segunda Guerra Mundial. “El objetivo es someter a la persona y obra del artista a una discusión crítica pública. Eso sólo es posible si se contempla su trabajo”, se afirma en la convocatoria. (DPA)