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| jueves,
18 de
mayo de
2006 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Voy a considerar hoy un tema muy delicado y desgraciado, como lo es el hecho protagonizado por Matías Capozzuca, un suceso conocido por todos los rosarinos. Basta recordar que se trata de este chico de 19 años que, alcoholizado y conduciendo a alta velocidad, protagonizó un accidente en el parque Norte, resultas del cual murieron dos jóvenes y una chica quedó, dolorosamente, con graves secuelas neurológicas. Desde luego, y antes de considerar los temas que me importan de este triste hecho, "justicia o venganza", me permitiré adelantar que cuestiono severamente la actitud de Matías Capozzuca, una actitud enormemente irresponsable. Por supuesto que este chico no es el único irresponsable, el único despegado del acatamiento al respeto y el amor por el prójimo. Circunscribir la cuestión a su ser es minimizar el asunto. Un asunto, por otra parte, que tiene muchas aristas para tratar. No hay que engañarse: responsables hay muchos. Pero mi gran pregunta en el caso Capozzuca es: ¿hasta qué punto, hasta qué limite, hasta qué nivel, se puede seguir "taladrando sobre la cabeza" de este chico de 19 años, mostrándole la imagen del desastre una y otra vez?
-¿Cuál es su pensamiento al respecto?
-Este es un caso, como otros, especial. Ayer me han contado algo que me hizo reflexionar. Este chico ha tratado de "irse" (y no a otro lugar físico, entiéndase lo que trato de decir) y que busca en su desesperación, y afanosamente, noticias para ver qué dicen los medios de él. Si es así, y si por casualidad llegara a sus manos esta columna, quisiera decirle que así como hubo una actitud suya irresponsable, también hay en el universo el perdón. El perdón, concedido a quien se arrepiente de todo corazón por haber cometido actos que ocasionaron un daño al prójimo, da a quien lo recibe una nueva vida, una nueva posibilidad, es una reconciliación con los hombres y con Dios. Deseo aclarar, de paso, que el perdón no es en primera instancia conmutación de pena. Y no me refiero sólo a la pena que debe establecer la justicia de los hombres, sino a esa pena, a esa reacción contra la persona que se genera en el universo como consecuencia de la acción y que algunos llaman karma. La conmutación de esa pena, la abolición de la consecuencia, es una segunda instancia del perdón que Dios puede o no conceder, según el grado de sincero arrepentimiento del que ocasionó el daño. Por eso si esta columna es leída por Matías o por algún amigo o por algún familiar, sería bueno que reflexionara que mejor que "irse" es arrepentirse, mejor que "irse" es vivir para ser perdonado y sobre todo: mejor que "irse" es quedarse a servir al prójimo. El irse físicamente no le sirve a nadie, no aporta nada bueno a la creación. "Irse", sería otro acto irresponsable, sería dañar directamente a Dios y su plan.
-Pero aquí viene la siguiente pregunta: ¿qué logramos machacando una y otra vez, de diversas formas, sobre la mente de este chico que, sin lugar a dudas, vive un verdadero tormento? ¿Qué logramos sobre una mente que en cierto aspecto ha muerto, se ha extraviado en la profunda perturbación? A mí me parece que sólo alentamos la muerte integral de Matías Capozzuca. Esto me parece que es malo, muy malo, porque sólo se lograrían, en toda esta escena lamentable, más muertos y muchos más doloridos. Entonces, señores, habría que distinguir si se busca justicia o venganza. Y, lamentablemente, es usual en esta sociedad que se confundan las imágenes de estas dos damas que tienen propósitos distintos: la primera la recuperación del ser humano para servir, la segunda su exterminio para condenarlo a la oscuridad sin misericordia. La venganza no tiene nada que ver con Dios. Mañana voy a concluir, pero me despido hoy con unas palabras de la mamá de una de las víctimas que merece una profunda reflexión: "Nosotros estamos con un profundísimo dolor, tranquilos y expectantes de que la Justicia repare ética y moralmente este terrible suceso. Sabemos que nuestra hija ya no vuelve, se quedó sin su posibilidad de vivir". Dicen los sabios que en las palabras de las personas quedan impregnados sus sentimientos, pues yo diré que me ha parecido que en estas palabras hay, además de un gran dolor, un gran amor. Mañana voy a seguir con este delicado tema.
Candi II
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"Es muy importante que se reúnan, porque como le he dicho en más de una oportunidad, Reutemann y Kirchner son los dos grandes electores de Santa Fe y la Nación"
Jorge Obeid
Gobernador de Santa Fe
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