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 miércoles, 26 de abril de 2006  
Diez años de cárcel para un proxeneta
Condenado a prisión por prostituir a niñas
José Ken "aguantaba" a chicas de 10 a 14 años que huían de sus hogares y las hacía "trabajar" en zona oeste

María Laura Cicerchia / La Capital

"Nos mandaba a la calle a buscar clientes o nos presentaba amigos y nos hacía tener relaciones con estas personas, que pagaban 50 pesos. El se agarraba 40 y con los 10 pesos restantes nos compraba porros. Eso era lo único que nos daba". R., una chica de 15 años, resumió así su experiencia en la casa de José Ken, un hombre de 54 años que fue condenado a pasar una década en la cárcel por facilitar la prostitución de menores de edad a partir de los 9 años.

José Ken es un herrero desocupado que alojaba a jovencitas en su vivienda de la zona oeste de Rosario. El hombre fue sentenciado por llevar a las chicas en moto hasta avenida Godoy y Camilo Aldao para que ejercieran la prostitución y, en ocasiones, quedarse con el dinero que obtenían. También fue enviado a prisión por mantener relaciones sexuales con una nena de 10 años.

El caso del Viejo José -como conocían a Ken en la zona- estalló en junio de 2004, cuando la mamá de R. denunció que su hija se había escapado de su casa. Tras preguntar en el barrio, la encontró en la vivienda de José, en el pasaje Lejarza y las vías, durmiendo junto al hombre y otras chicas y en un estado que revelaba el consumo reciente de drogas. A partir de entonces, la casa de José fue allanada y la policía halló a otras tres chicas de entre 10 y 14 años, que se habían refugiado en ese lugar.


No eran obligadas
Todas contaron una experiencia similar. Habían escapado de hogares marginales en los que sufrían maltrato o no encontraban contención y buscaron refugio en esa casa. Algunas empezaron a ejercer la prostitución a pedido de José, otras lo hacían desde antes. Si bien las jóvenes no eran obligadas a prostituirse, todas se iniciaron en esa práctica ante el contexto de desamparo y marginalidad en el que vivían. A partir de la detención de Ken, las cuatro jóvenes quedaron a disposición de un juez de Menores.

En sus declaraciones, las chicas contaron que por la noche el mismo Ken las trasladaba en moto hasta las esquinas donde esperaban clientes. Luego regresaban a la casa de José. A veces le dejaban el dinero obtenido, otras lo gastaban en pegamento y marihuana. Según el relato de las menores, a cambio de permanecer en la vivienda o de algo de comida, casi todas las que pasaban por ahí debían tener relaciones sexuales con él. "Para eso nos turnábamos", reveló una adolescente.

En base a esas declaraciones, a Ken acaban de condenarlo a pasar diez años en prisión por el delito de facilitamiento de la prostitución de menores, agravado en uno de los casos por tratarse de una menor de 13 años. También fue condenado por el abuso sexual agravado de una nena de 10 años. Fue el único contacto sexual que pudo probarse.

La decisión fue adoptada por el juez de Sentencia Nº 3, Luis Giraudo. Para el magistrado, no quedó claro si el ejercicio de la prostitución fue consentido o no por las víctimas, pero de todos modos consideró acreditado el delito por tratarse de menores de edad. La sentencia, que registra pocos precedentes en el fuero local, fue apelada por la defensa de Ken ante la Cámara Penal.
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Las chicas se ofrecían en Godoy al 5000, hasta donde las llevaba el Viejo José.

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