Año CXXXVII Nº 49033
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 19/02
Mujer 19/02
Economía 19/02
Señales 19/02
Educación 18/02
Estilo 18/02

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 26 de febrero de 2006  
Panorama en el Congreso
La aplanadora del FPV-PJ y un tiempo de hegemonía

Rodolfo Montes / La Capital

El oficialismo aprobó en Diputados la discutida reforma del Consejo de la Magistratura, y la hizo ley. El acontecimiento político lo marcó, sin embargo, la parva de votos que logró: 149, 20 más de los que necesitaba para obtener la mayoría calificada. Fue una sesión clave que inaugura una nueva época en la relación de fuerzas entre el oficialismo y los restos y fragmentos de una oposición en retroceso.

Mientras en la Rosada celebran, no son pocos los sectores de opinión publica y publicada que temen el retorno de los fantasmas autoritarios. El desenlace estaba cantado desde que el proyecto se puso en debate, en diciembre pasado.

Pero la novedad política estuvo en el número de adhesiones que terminó logrando el bloque Frente para la Victorio-PJ (FPV-PJ), conducido por el rosarino Agustín Chivo Rossi. Con la transformación en ley del proyecto impulsado inicialmente desde el Senado por Cristina Fernández de Kirchner, el FPV-PJ logró tal vez su objetivo legislativo más audaz.

La aplanadora K en Diputados instaló una sensación que se corresponde con la realidad: de ahora en más, la Rosada verá facilitado cualquier objetivo que se proponga. La percepción de que el frente oficialista gana por goleada cualquier partido que salga a jugar modificó el humor y alteró valoraciones respecto del proceso K en decenas de comunicadores, que evocan fantasmas de hegemonías autoritarias.

De todos modos, se supone que la suerte del Consejo de la Magistratura no está entre las preocupaciones principales de los argentinos de sector medio bajo y bajo.

"Es cierto, estamos acentuando un grado de hegemonía e influencia especial en la designación de jueces federales, pero es una situación necesaria y justa en el proceso que vive la Argentina, de transformación progresista", explicó a La Capital un jurista amigo de Néstor Kirchner desde hace más de una década y funcionario del gobierno nacional.

Y agregó: "Necesitás tener una incidencia moderada en el Poder Judicial, de lo contrario la derecha no te deja producir ninguna transformación".

Para el cuadro K, la oposición progresista se equivoca con la reforma del Consejo de la Magistratura: "Confunden forma con contenido", señaló.

En el núcleo K piensan que lo importante es el sentido general de la política, y que los elementos formales de menor rango -como introducir la polémica modificación- deben ser subalternos de los objetivos mayores.

Y en cuanto a "la oposición de derecha se debe a las políticas progresistas de este gobierno, en derechos humanos, la marcha de la economía y las retenciones a las exportaciones. En un contexto de políticas conservadoras, no tendrían ningún problema de apoyar la reforma", desafía.

Desde la soledad del monobloque legislativo Emancipación y Justicia, sin sobreactuar posición oficialista ni opositora, Claudio Lozano votó negativo y aportó, como nadie, claridad al tema: "No pasa por confiar en un gobierno que ha defendido los derechos humanos o renovado la Corte y al que, por lo tanto, le corresponde tener más influencia sobre el Poder Judicial. Tampoco la cuestión es considerar a este gobierno como a una banda de corruptos y promover una menor influencia del mismo en la Justicia. No está en discusión el gobierno. Lo está el tipo de Estado, el andamiaje institucional que necesita la Argentina para un nuevo proyecto de país".

Mientras tanto, y por efecto carambola, al éxito numérico del FPV-PJ se sumó otro capítulo en la disgregación de los principales bloques opositores, que parecen condenados a orbitar por el espacio como paquetes sueltos. Es el caso del Peronismo Federal (19 de sus 30 miembros votaron la reforma con el oficialismo), o de la UCR, que volvió a sufrir las travesuras de 5 de sus 40 miembros (votaron contra la posición del bloque, y serían expulsados del partido). Si hasta el PRO de Mauricio Macri sufrió deserciones de su aliado Partido Renovador de Salta. Apenas el ARI y el PS, con 13 y 5 miembros, mantuvieron la unidad de criterios. "¡Qué paliza!", dijo, en voz alta, Elisa Carrió mientras se retiraba del recinto, en los primeros minutos del jueves pasado, cuando el tablero electrónico indicaba 148 (que luego fueron 149, ver aparte) a 89.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Notas Relacionadas
Problemas con el botón


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados