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 domingo, 26 de febrero de 2006  
Tunda colectiva contra dos personas tras un robo en un área comercial de barrio Acindar.
Vendetta barrial contra los supuestos socios de tres ladrones de un negocio
Siguiendo a asaltantes de un local, varios vecinos creyeron ver a los cómplices. Durante 15 minutos comerciantes, proveedores y habitantes de una zona castigada por diversos atracos se turnaron para darles una paliza feroz

Leo Graciarena / La Capital

Para los vecinos que viven en inmediaciones de avenida Francia al 4700, en barrio Acindar, la tarde del viernes no fue una más. Pasadas las 18, tres ladrones robaron un negocio de celulares del que se llevaron 400 pesos y 20 teléfonos móviles. Pero fue la fuga de los ladrones y la reacción de los vecinos lo que puso el toque distintivo. Con el botín en su poder, los hampones corrieron cubriendo su fuga a los tiros. Esto enardeció a los vecinos que los perseguían y que, a pocos metros del negocio robado, se abalanzaron sobre dos personas que esperaban un auto. Para los vecinos, eran cómplices que esperaban a los ladrones para hacerles de flete. Y así se lo hicieron sentir. En pocos minutos se organizó espontáneamente una asamblea popular que comenzó a golpear con dureza a uno de los sospechosos como ejecutando, en forma temeraria, la inexistente sentencia de un tribunal.

"Cada uno que pasaba le pegaba y seguía su camino", comentó uno de los vecinos. "Lo triste fue que adentro del auto había un pibito de tres años que miraba todo", dijo el muchacho. Tras la paliza, los dos sospechosos quedaron detenidos en la seccional 18ª imputados por el robo a la casa de celulares.

"Le robaron a Ariel", fue el grito que retumbó en Francia entre Fragata Sarmiento y pasaje Coulín. Como en una reacción espasmódica, todos los vecinos salieron a la calle y vieron a tres muchachos corriendo como desaforados desde Francia hacia Suipacha. Al llegar a esa esquina, uno de los pibes se cuadró y comenzó a dispararle a los vecinos que los corrían. "Tiraban al bulto. Nunca me voy a olvidar de ese revólver cromado. No era un 22. El pibe vació el cargador", recordó ayer un vecino a este diario. "Le pudieron haber pegado un tiro a cualquiera de nosotros", recalcó.

Los tres ladrones venían de robar una casa de venta y reparación de celulares en Francia al 4700. "Entraron tres pibes, uno con una mochila. «Reparás celulares», me preguntó uno y cuando le dije que sí, el de la mochila se dio vuelta y sacó una escopeta recortada", recordó ayer Ariel, un comerciante de 33 años que hace tres tiene su negocio sobre la avenida. En ese lapso dice haber sufrido tres intentos y dos robos, pero ninguno "de caño" como el del jueves.


Los de "tapita"
Ariel estaba en el negocio con su suegro. "Los dos al suelo", les gritaron los ladrones. Uno los apuntaba con la recortada y el otro con un revólver cromado. Las dos víctimas quedaron boca abajo en el piso del otro lado del mostrador. "Sabían qué buscaban porque uno les decía «saquen los de tapitas»", explicó el comerciante. Los precios de los de tapita oscilan entre 150 y 300 pesos. "Eran pibes jóvenes. Dos tendrían 19 o 20 años y el tercero unos 14. Ese pibe era el único que no estaba armado", recordó. Del lugar se llevaron 20 equipos y 400 pesos. "Cuando entraron arrimaron la puerta. Un cliente que venía a buscar un equipo le pareció extraño y golpeó. Los choros se asustaron y se fueron con lo que tenían. Uno le dijo al cliente: «Quédese ahí que ya lo atienden». Y se fueron", contó el comerciante.

Los tres ladrones salieron corriendo por Francia y doblaron en Fragata Sarmiento, por donde pasan de ida y vuelta las líneas de colectivos 129 y 130. Las víctimas corrían a los gritos, algo que alertó a los demás vecinos de una cuadra repleta de negocios. A mitad de cuadra, justo a la altura del pasaje Ruggieri, paralelo a Francia, estaba estacionado un Ford Taunus blanco con la vieja patente de seis dígitos. Los gritos sumaron más personas que perseguían a los tres ladrones. "Los pibes pasaron de largo y doblaron en Suipacha. Ahí, uno apuntó y comenzó a dispararles a los vecinos que lo corrían. El choro vació el cargador", contó un muchacho.

No está claro por qué los vecinos, a la carrera, vincularon a los ladrones del negocio con los dos jóvenes que estaban en el Taunus blanco. Pero los arrinconaron cuando uno de ellos estaba abriendo el capó. El otro estaba en el lugar del acompañante con una criatura rubiecita de tres años en su falda.

"Uno de los vecinos agarró al que estaba abajo y lo redujo contra el capó", dijo una mujer. "El tipo gritaba «no me peguen que soy remisero»", recordó la vecina. Pero cuando los vecinos levantaron el capó del auto vieron que el baúl estaba repleto de cajas con zapatos de mujer. "Estos están con los choros", gritó alguien.

Desde ese momento comenzó una golpiza que duró más de 15 minutos, sólo interrumpida cuando llegó un móvil del Comando.

"Fue impresionante. Pasaban los vecinos y les pegaban. Venían los repartidores, se bajaban de sus chatas y les pegaban. No sabés el ruido que hacía la cabeza de ese cristiano. Se bajaban de autos particulares, de gente que no es del barrio, para darle al choro", contó un muchacho. "Lo peor de todo esto es que la criaturita que estaba en el auto veía todo. Llegó un momento en que daba lastima como le pegaban, pero venía otro y lo volvía a sacudir",explicó el joven. Cuando la policía llegó, se llevó detenido a Jesús Ariel González, de 19 años, y a Fabián Alberto Gásquez, de 32. Ambos quedaron detenidos en la seccional 18ª imputados de robo calificado.

Las personas que hablaron con este diario coincidieron en algo: conviven con los robos y están hastiados de ellos. "Todo esto es muy feo", se sinceró un vecino. "Mientras le pegaban el pibito miraba todo. Pero la gente está cansada y ya no da más", exclamó. "Encima cuando los vecinos fueron a la 18ª a hacer la denuncia, en la seccional ya estaba la pareja de uno de los detenidos con un abogado. ¿Cómo se enteró?", se preguntó el hombre.
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La cuadra del robo, la corrida y la paliza, en Francia al 4700.

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