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 domingo, 18 de diciembre de 2005  
Recta final. Por primera vez un líder indígena podría acceder a la primera magistratura
Una Bolivia radicalizada apuesta su futuro como nación en las urnas
Ningún contendiente superaría el 50% más uno de los votos,lo que deja en manos del Congreso la definición

La Paz. - En una nueva apuesta por la democracia, los bolivianos participarán hoy en unos comicios generales y para prefectos (gobernadores) en los que se juega el futuro de la nación y la opción de virar hacia la izquierda de la mano del líder indígena Evo Morales o aceptar la propuesta del conservador Jorge Quiroga.

Unos 3,6 millones de personas habilitadas votarán por presidente, vicepresidente, senadores y diputados, en una renovación de los poderes del Estado tras las violentas revueltas populares que dieron paso a un período de inestabilidad, marcado por las renuncias, en 2003 y 2005, de los gobernantes Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa.

La decisión de los votantes aparece ahora más que nunca, según recuerdan expertos, dividida entre dos opciones: el dirigente de los cocaleros Evo Morales y el ex mandatario Jorge "Tuto" Quiroga.

Morales, jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) y favorito en varias encuestas preelectorales (35% de intención de voto), propone, entre otros, nacionalizar los hidrocarburos y despenalizar la hoja de coca, amparado en un discurso antiimperialista y antineoliberal. El eventual triunfo de Morales ha despertado el interés de diversos sectores, que destacan la posibilidad de que un aymara se convierta por primera vez en presidente del país, nacido en 1825, y que cuenta con una población de 8,2 millones de habitantes, de los cuales 4,1 millones indígenas, de acuerdo al censo de 2001.

Quiroga, quien espera retornar al gobierno respaldado por la agrupación Poder Democrático y Social (Podemos), cimienta su propuesta en la nacionalización de los beneficios del gas natural, el pago de bonos a niñas y niños en edad escolar y el Tratado de Libre Comercio (TLC) para impulsar el sector textil, la radicación violenta de los cultivos de coca, entre otros. El candidato (29% de intención de voto) goza de las simpatías de EEUU y de los poderosos empresarios del rico oriente petrolero boliviano.

También se han postulado el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN) y tercero en los sondeos, así como Michiaki Nagatani (Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR), el dirigente indígena Felipe Quispe, el militar retirado Gildo Angulo, el abogado Néstor García y el agrónomo Elíseo Rodríguez.

Las tendencias de los estudios de intención de voto muestran que ninguno de los candidatos alcanzará una mayoría absoluta -entendida como el 50% más uno- en las urnas, lo que hace suponer que se active una especie segunda vuelta en el Congreso. El Legislativo, que instala sus sesiones en enero, define, según contempla la Constitución, "entre las dos fórmulas que hubieran obtenido el mayor número de sufragios válidos".

Sin embargo, el analista Cayetano Llobet -que se declara escéptico frente a las encuestas- advierte que si Morales gana y no es presidente tras la ronda en el Congreso, sus rivales estarían cometiendo el "peor de los errores", pues "estarían abriendo el dique para que suceda lo que pueda suceder".

Pero este proceso es, además, inédito por convertirse en la primera oportunidad para los bolivianos de elegir a los prefectos (gobernadores) de los nueve departamentos (provincias) del país. La elección directa de estos funcionarios, hasta hace poco designados por el Ejecutivo, supone el primer paso hacia la autonomía regional promovida por el próspero departamento de Santa Cruz (oriente), considerado el "motor económico" del país.

Llobet estima, empero, que los prefectos pueden convertirse en una "expresión de la regionalización" de la política y un "talón de Aquiles" para la próxima administración, que, a su juicio, deberá negociar de ahora en adelante con funcionarios que defenderán los intereses de su departamento frente a las iniciativas nacionales.

Para estos comicios han sido desplegados unos 24 mil efectivos policiales y 26 mil de las fuerzas armadas, que resguardarán las 21.140 mesas de votación instaladas en todo el país, hasta donde se han desplazado cerca de 200 observadores extranjeros. "Si nos preguntan que si hay tranquilidad, decimos que sí; si nos preguntan que el ambiente es de normalidad, decimos que sí y, además, agregamos: eso es lo que observamos", aseguró el ex ministro colombiano Horacio Serpa, jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La declaración del organismo significó un parte de confianza en este proceso, que es seguido de cerca por la ONU, Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y representantes de otras naciones que participan como veedores de las votaciones "más vigiladas" en la historia reciente. El nuevo gobernante podrá asumir el 22 de enero.
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Evo Morales y Jorge Quiroga luchan por la presidencia boliviana.

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