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 domingo, 18 de diciembre de 2005  
Un club que reúne a argentinos y malvinenses cumplió cinco años
Lo fundó un arquitecto rosarino que vio en el correo electrónico un medio para "promover coincidencias"

Carina Bazzoni / La Capital

Viven a más de 4 mil kilómetros de distancia. Los separa también un viejo conflicto diplomático y una absurda guerra. Aún así, se consideran amigos y hasta fundaron un grupo: el Club de Amigos Malvinas/Falklands o Falklands/Malvinas Friend's Club, según se nombre de uno u otro lado. La asociación cumplió ya cinco años y su mentor, el arquitecto rosarino Ricardo Gómez Kenny, tiene más de un plan para el futuro. Editar una revista, realizar un torneo de criquet y abrir un instituto de intercambio cultural, son sólo algunos de ellos.

El club nació de un contratiempo que terminó convirtiéndose en anécdota. Gómez Kenny pertenece a la asociación del Colegio San Patricio y, en octubre de 2000, propuso a los alumnos de séptimo grado que para practicar su inglés escribieran cartas a los estudiantes de la escuela de Puerto Argentino o Stanley, también según quien la nombre.

Así lo hicieron, pero nunca tuvieron respuesta. "Entonces, los grandes empezamos a escribir a las autoridades de la isla para que nos explicaran por qué no nos habían contestado", recuerda Gómez Kenny. Así empezó un intercambio de correspondencia con los directivos de la escuela, un párroco católico, legisladores y funcionarios del área de cultura que sirvió para asentar las bases de lo que hoy es el club.

De la asociación participan actualmente unos 100 argentinos -de Tucumán a Tierra del Fuego- que intercambian correspondencia y correos electrónicos con unas 15 personas de las islas. "Es como un contacto de buena vecindad, donde se puede hablar de todo, menos de política y de religión, como en la mayoría de los clubes de amigos", explica el iniciador de la experiencia.

Sumarse al grupo no es difícil, sólo se pide que se acepte la declaración de principios que dio lugar al club. "Nuestro objetivo es promover todas las coincidencias dejando de lado las disidencias. Y el lema que usamos es amistad y respeto mutuo", sostiene Gómez Kenny.

Lo cual no indica que en los intercambios no puedan aparecer cuestiones vinculadas a la soberanía de las islas, "pero al revés de lo que son las circulares diplomáticas que anteponen este tema a todo lo demás, nosotros hablamos primero de todo lo demás y al final de soberanía", remarca el arquitecto.

Según su experiencia, para lograr establecer lazos con los habitantes de las islas "hay que vencer muchas barreras" que no tienen que ver sólo con los rencores que quedaron después de la guerra desatada durante la última dictadura, sino "con una desconfianza de todo lo que llega de Argentina, que tiene que ver con un desconocimiento o silencio de más de 150 años".

Una vez que se comprometen a respetar estos principios, quienes se asocian al club reciben mensualmente por correo electrónico un boletín de novedades y, al mismo tiempo, una lista de contactos con habitantes de Malvinas con los que pueden comunicarse. Eso sí, por norma del grupo, todos los mails deben destinarse también a los directores del club, quienes a su vez dan cuenta de esto a las autoridades de la cancillería argentina.

La mayoría de los socios del club son profesionales, además de dos adolescentes que se sumaron últimamente y que intercambian mails con un joven de la isla. "La idea es formar encuentros persona a persona o entre instituciones que tengan actividades similares", dice Gómez Kenny.

Pero los planes del club no terminan allí. El año próximo quieren organizar un torneo de criquet entre un club de Malvinas y el rosarino Plaza Jewell. La actividad estuvo a punto de realizarse este año "pero terminó fracasando por unos mails que mandó la cancillería argentina que no cayeron nada bien", se queja el rosarino.

Eso no es todo. También están pensando en editar una revista bilingüe con artículos escritos de un lado y otro del mar. Y hasta se comenzó a hablar de abrir un instituto de intercambio cultural con sede en ambas costas. "Resultaría francamente novedoso", señala Gómez Kenny y advierte que "la amistad y el diálogo son las mejores vías diplomáticas".
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Ricardo Gómez Kenny busca editar una revista.

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