Claves para entender un proceso inusual

En los comicios de hoy se elegirán 167 diputados para la Asamblea Nacional (que ocuparán sus bancas hasta 2010), 12 miembros del Parlamento y cinco integrantes del Parlamento Andino para un período de cinco años.

Cerca de 14,5 millones de personas están habilitadas para emitir sufragio.

Los partidos tradicionales, Acción Democrática y el socialcristiano Copei -que desde que se instauró la democracia en 1958 lograron la presidencia siete veces y sumaban 29 de los 79 escaños que tiene la oposición en el Congreso- se retiraron esta semana de la elección alegando una serie de irregularidades en el proceso.

Es la primera vez en más de seis décadas que socialdemócratas y socialcristianos no tendrán candidatos propios en una elección. También se retiraron los partidos Primero Justicia y Proyecto Venezuela.

Los únicos opositores que aceptaron participar en la contienda son los centroizquierdistas Movimiento al Socialismo (MAS) y La Causa Radical (LCR).

Se estima que la abstención alcanzará un 71%, en medio de una desconfianza del 65% de los votantes hacia la junta electoral y el sistema de voto electrónico.

Fue suspendido el uso de miles de máquinas denominadas "caza-huellas", o "registradoras de huellas dactilares", con las que se buscaba evitar que algún elector vote más de una vez. Una auditoría determinó que con su uso existía la posibilidad de que se vulnerase el secreto del voto.

Los comicios serán observados por más de 400 expertos electorales internacionales, encabezados por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).

Unos 120.000 militares están a cargo de la seguridad y la logística en el proceso.

El oficialismo controla el 53% del Congreso, pero para realizar modificaciones sustanciales en la Constitución o leyes fundamentales se requiere cerca del 72% de los votos.

La gestión de Chávez tenía en octubre pasado una aprobación de 68%, según un estudio que hizo la encuestadora privada Datanálisis entre 1.300 personas a nivel nacional. El oficialismo llega a las elecciones con un dominio casi total en las gobernaciones de estados, alcaldías y concejos municipales.

El gobierno ofreció transporte gratuito a sus simpatizantes para facilitar su traslado a las urnas, y desplegó en las últimas horas una mayor propaganda a favor del voto para contrarrestar los llamados opositores a la abstención.