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 domingo, 21 de agosto de 2005  
Jennifer Connelly y su visión de las películas de terror
La actriz confesó que tuvo dudas de aceptar protagonizar "Agua turbia"

La actriz Jennifer Connelly, protagonista del filme "Agua turbia" aseguró que es suyo es un caso singular: "Nunca me gustó el cine de terror, de hecho me lo tenía prohibido", confesó la intérprete de esta remake dirigida por Walter Salles de un clásico del terror japonés cuyos autores originales son los mismos creadores de "La llamada".

"Al no gustarme el género, este no me parecía un proyecto para mí, porque no soy espectadora de filmes de miedo. Pero cuando leí el guión me gustó y eso me hizo interesarme por las películas de horror, que hasta entonces las tenía prohibidas. Nunca iba a verlas", señaló la actriz.

Entre el terror explícito y el sicológico, Connelly elige las implicaciones de este último: "Cuando me ofrecieron el guión hice algunas investigaciones y vi muchas películas de terror. Me sorprendió que había clásicos en este género realmente buenos, como "El bebé de Rosemary", de Roman Polansky. Pero definitivamente me gustan más los filmes de terror psicológico, como "Agua turbia" que las que se basan más en la acción. Vi la versión japonesa de "Dark Water" y me gustó justamente porque era una buena combinación entre miedo y sentimientos".

Además, la ganadora del Oscar por "Una mente brillante", estaba interesada en trabajar con el director brasileño Walter Salles, autor de filmes como "Diarios de motocicleta": "Creo que esta versión del guión me da pie a desarrollar más mi personaje, mostrar su vulnerabilidad, sus miedos y sus esperanzas", señaló.

"Agua turbia" es un thriller psicológico que arranca cuando una joven divorciada comienza una nueva vida en un sombrío departamento junto a su hija, mientras lucha por la custodia de la niña. Pero pronto comienzan a aparecer raros fenómenos como goteras de agua negruzca, ruidos misteriosos y extraños sucesos que disparan su imaginación y comienzan a desmoronarla.

"Pensé que era un período muy interesante en la vida de esa mujer porque ella tuvo una relación terrible con su madre, por eso crea un pequeño santuario alrededor de su familia y, de repente, se encuentra en una situación en la que pierde esa seguridad. Es un momento muy vulnerable en su vida y eso resulta muy interesante para desarrollar un personaje", explicó Connelly, quien resumió la preparación de ese personaje con una frase: "Tengo dos hijos, mi hijo mayor tiene la edad de la niña del filme y la investigación que hice fue simplemente sentirme madre".

La actriz, que comenzó su carrera en la mítica película "Erase una vez en América", mantuvo su carrera a base de personajes complejos, con entidad. "Muchas veces me ofrecen papeles en los que soy una adicta a las drogas o una mujer en crisis -aseguró-. Yo pienso que el ser humano es una criatura complicada. A mí me interesa mucho la naturaleza humana y prefiero esos personajes para poder explorar sobre eso. Supongo que por eso me eligen más para el drama que para la comedia, pero no es mi elección".

A la hora de elegir, Connelly reconoció no basarse en criterios como ganar dinero o subir en el escalafón, es decir, no le gusta tomar decisiones calculadas. "Me dejo llevar por la pasión e intento elegir personajes que me provoquen curiosidad y sobre los que me guste investigar cuatro meses".

A los 34 años, Connelly entiende ya llega a una edad crítica en su profesión. "Para permanecer activo hay que mantener una posición inteligente -reflexionó-. Hay actrices que han logrado carreras larguísimas y yo espero tener la inteligencia suficiente para seguir esos pasos, que mi carrera continúe y que vaya desarrollando nuevos tipos de papeles".

Actriz de gran belleza, la intérprete tiene una visión objetiva de ese aspecto. "Mi cuerpo no está en ninguno de los dos extremos, sino un poco en el medio -comentó-. No es como Johnny Depp, que es tan absolutamente sexy que al verlo en pantalla inmediatamente pensás en un modelo de Calvin Klein más que en su papel. Yo no me veo así, me veo más en el medio, como una persona a la que no se va a identificar precisamente por su hermosura".

El Oscar que recibió por "Una mente brillante" no cambió su vida, aunque reconoció que gracias a ese galardón ahora le ofrecen más trabajo. "De todas los guiones que leo quisiera que hubiera muchos más que me gustaran -reveló-. La verdad es que da mucha pena que haya pocos trabajos que se puedan considerar especiales porque hay muchísimas actrices de gran talento y faltan guiones interesantes".
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