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 domingo, 19 de junio de 2005  
Entrevista. Elisa Carrió asegura que no hay Congreso ni prensa republicana
Carrió: "No podemos apoyar a candidatos surgidos de congresos con sobornos"
Lilita dijo que no quieren abortar un cambio político en la provincia, pero dejó en claro sus límites

Walter Palena / La Capital

Elisa Carrió se esfuerza por aclarar que su candidatura a diputada porteña es "circunstancial", un paso previo y necesario para reforzar su postulación presidencial para el 2007. "Más que un deseo, es mi deber", remarca, dejando en claro que su figura trascenderá el mero ámbito parlamentario, y que su imagen y voz en el recinto potenciará el proyecto nacional que encarna el ARI. En ese plano, la dirigente sabe que Santa Fe es un distrito clave para el futuro de la agrupación, que en las elecciones del 2003 se erigió como la principal fuerza de oposición a la "hegemonía" que hoy se personaliza en Néstor Kirchner.

Lilita siempre trae una sorpresa entre sus manos. Esta vez fue la revelación de que habría un funcionario argentino involucrado en el caso Southern Winds (SW), y que esa pista de investigación está en poder del Departamento de Estado norteamericano. Pero aclara: "Tengo la información directa, pero no el documento". Por eso, dice, prefiere hablar en potencial.

Acompañada por los dirigentes locales Alicia Gutiérrez (candidata a diputada nacional) y Carlos Comi (candidato a concejal), Carrió dialogó extensamente con La Capital en el lobby de un hotel céntrico sobre su teoría del "fascismo" kirchnerista y el "desfondamiento" republicano que instauró el presidente. Eso sí, no dejó pasar la oportunidad para referirse a cuestiones vernáculas para marcar los límites éticos sobre las alianzas electorales. "No queremos abortar un cambio de signo político en la provincia, pero no podemos apoyar candidatos surgidos de congresos con sobornos", castigó, en inequívoca alusión a las sospechas que aún subyacen de la convención de la UCR provincial que nominó a los postulantes que acompañarán a Hermes Binner en la lista del Frente Progresista.

-¿Quién es el funcionario involucrado que usted mencionó en el caso SW que recibía las valijas en España?

-Lo dije en potencial. Expresé que habría un mail donde habría una línea de investigación que involucraría a un funcionario argentino. Ese dato estaría en manos de autoridades de EEUU. Yo tengo la información directa, pero no el documento.

-¿Cómo imagina el escenario electoral de Capital Federal?

-Yo me presento a candidata por Capital, pero también lo soy de toda la Nación. Por eso es necesario que en todos los lugares del país la ciudadanía acompañe al ARI como construcción de una fuerza nacional destinada a gobernar la República. No me gusta centrar todo en la ciudad de Buenos Aires.

-Pero un triunfo o una derrota en Capital tiene una resonancia que no puede negar.

-Si es por eso, por el efecto derrame, estamos bien porque vamos ganando.

-¿Cómo se ve compitiendo con dos candidatos fuertes, como Mauricio Macri y Rafael Bielsa?

-No, ellos esta vez tienen que competir con nosotros. El ARI fijó su candidatura hace tiempo y estamos primeros en las encuestas, aun las que paga el gobierno de Kirchner.

-En Santa Fe van a tener que disputar votos con Binner. ¿Cómo avizora esa lucha?

-No vamos a ir al choque. Nosotros tenemos un proyecto nacional de gobierno en el 2007. El ARI no quiere abortar la posibilidad de un gobierno de otro signo político en Santa Fe, pero no podemos apoyar a candidatos surgidos de congresos con sobornos. Que quede claro: nuestra oposición es Kirchner y deseamos en el futuro que los confundidos se den cuenta de que vamos a un fascismo. Espero que cuando estemos en el fascismo, Binner se dé cuenta.

-¿Ha modificado en algo sus duras declaraciones acusando al gobierno de neofascista?

-En absoluto. Las condiciones objetivas de la emergencia del fascismo son: deterioro social, desestructuración de la clase media, anomia y el resentimiento social producto de una involución cultural y política. Las condiciones institucionales son el desfondamiento republicano y los intentos plebiscitarios de sus líderes. Y las condiciones subjetivas son liderazgos inseguros, con dosis de desprecio y humillación que seducen, coptan y pisan. Estos tres elementos existen. Yo hice esta declaración hace unas semanas y los periodistas pusieron el grito en el cielo. Después el gobierno tuvo ese "lapsus fascista" en el aviso en los diarios saludando a los periodistas en su día (lanza una sonora carcajada). Una puede estar de acuerdo o no con (Ricardo) López Murphy, pero no le pueden decir "animal" o "bestia" a un dirigente político.

-O hacerle un escrache cuando va a exponer sus ideas.

-Exacto, y guarda que así se empieza. Además, no hay que olvidarse que los fascismos siempre fueron populares. Los que no se dan cuenta y aplauden, en realidad son las mayores víctimas. Los que resisten, son los que se salvan.

-Salvo con Fernando de la Rúa, tanto Raúl Alfonsín como Carlos Menem fueron plebiscitados en sus primeros dos años de gobierno. ¿Cómo cree que saldrá ahora esta apuesta fuerte de Kirchner?

-El problema es que en ninguno de esos gobiernos se trataba de la suma del poder público. Acá se va desde el desfondamiento republicano de un Congreso ya sin competencia y anulado, con hegemonía política, al plebiscito. Menem era un corrupto y un mafioso, pero no era un fascista. Es increíble lo que estoy diciendo, pero es así. Cuando yo entré el 94 había Congreso, con mayoría del PJ y se entregó el país, pero el Parlamento funcionaba y había prensa libre. Hoy no hay Congreso ni prensa libre. Si no hay institución republicana, no hay desarrollo cultural y económico. Que la ciudadanía sepa que en octubre pone su vida y la vida de sus hijos a merced de un liderazgo imprevisible y absoluto. Y lo que yo no quiero más es tener razón, y lo digo a los gritos.

-¿Qué cosas cambiaron para intentar volver al Congreso, un lugar del que usted, según sus propias palabras, se fue hastiada?

-Mi lugar en el Congreso no es deseo, sino un deber. Nosotros vamos por la República, y ese es nuestro objetivo, construir una fuerza de gobierno para dentro de dos años.
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"Los que aplauden son las mayores víctimas del neofascismo", dijo Lilita

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