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 domingo, 03 de abril de 2005  
Capturan a dos sospechosos de la sangrienta masacre de civiles en Río de Janeiro
Los detenidos son integrantes de la Policía Militar

Río de Janeiro. - Dos integrantes de la Policía Militar fueron detenidos ayer como sospechosos de haber participado en la matanza de 30 personas en dos municipios contiguos de la Baixada Fluminense, la región urbana que rodea a Río de Janeiro. Los dos soldados, pertenecientes al Servicio Reservado (grupo de investigaciones internas) de la policía, son José Augusto Moreira Felipe y Fabiano Gonalves Lopes, físicamente muy parecidos a los "retratos hablados" elaborados a partir de la descripción de testigos.

De acuerdo con el jefe de la policía civil, Alvaro Lins, los dos permanecerán detenidos en una unidad policial por lo menos 72 horas, mientras los investigadores buscan elementos que los vinculen efectivamente al crimen de la noche del jueves.

La gobernadora del estado de Río de Janeiro, Rosinha Matheus, había ofrecido 5.000 reales (1.850 dólares) de recompensa para quien ofreciera información que llevase a la captura de los hombres que balearon a clientes y transeúntes frente a un bar, incluyendo cinco adolescentes que jugaban con videos, y en otra barriada, dejando un reguero de 30 personas muertas.


Empobrecidas barriadas
La zona donde ocurrió la masacre es parte de la Baixada Fluminense, una vasta región donde hay empobrecidas barriadas en el norte de Río. Por la Baixada, unidades elites de la policía de Río, con ayuda de agentes federales, instalaron puntos de chequeo y registraban casas en busca de sospechosos.

La Secretaría de Seguridad de Río divulgó el viernes dos retratos hablados de dos sospechosos. Se cree que los dos sospechosos podrían ser agentes policiales vinculados a escuadrones de la muerte, tenebrosas asociaciones compuestas por policías retirados o fuera de su horario de trabajo, contratados por comerciantes locales para matar a indigentes o moradores de las calles.

El secretario de seguridad de Río, Marcelo Itagiba, dijo el viernes que el crimen parecía ser obra de agentes, molestos por el arresto de ocho policías que fueron grabados en video mientras se deshacían de dos cuerpos. Pero en Brasilia, el ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, dijo que era muy temprano para asegurar que la masacre fue una acción de policías corruptos.

De acuerdo a testigos, eran cerca de las 10 de la noche del jueves cuando los pistoleros desde un vehículo dispararon contra un grupo de personas en la esquina de un bar en Nova Iguacu. Las autoridades encontraron 15 muertos dentro y alrededor del bar y otras tres personas murieron en el hospital a causa de las heridas recibidas. Los pistoleros salieron de esa zona disparando indiscriminadamente y se desplazaron hasta la vecina barriada de Queimados, donde mataron a otras 12 personas.Entre sollozos, algunos exhibiendo fotos de sus seres queridos y demandando justicia, las familias llenaron el cementerio de Austin, en Nova Iguacu, para los funerales.

A comienzos de año, un escuadrón de la muerte fue acusado de asesinar a una familia de cuatro personas en Nova Iguacu, después que uno de los hijos fue acusado de robar una bicicleta. "Lo que más me impresiona es el punto al que ha llegado Río . Además de los tiroteos entre bandidos, la guerra de la droga, ahora estamos viendo una lucha entre la policía contra la policía y donde la única que de verdad pierde es la población", dijo Farias.

La tasa de homicidio en todo el estado de Río de Janeiro es de 50 por cada 100.000 personas, una de las más altas del mundo. Pero en la Baixada Fluminense, esa tasa se eleva a 76 por cada 100.000 personas. (AP)
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Un policía vigila el cementerio donde se hicieron funerales masivos.

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