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 domingo, 03 de abril de 2005  
Los proyectos de clonación humana con fines investigativos
Clonación: todo vale en nombre de la ciencia
Laboratorios de EEUU inyectan a mujeres hormonas de fertilidad para producir óvulos humanos

Paul Elias

Sacramento. - De todos los interrogantes sobre los ambiciosos planes de California para financiar con fondos públicos proyectos de clonación humana con fines de investigación, uno de los más espinosos podría ser cómo harán los científicos para reunir los miles de óvulos que necesitan. Es un dilema ético que ha convertido en aliados a grupos cristianos -que piensan que la clonación crea y destruye la vida inmoralmente en nombre de la ciencia- y activistas de los derechos de las mujeres, que temen que las más pobres serán explotadas por intereses comerciales dispuestos a pagar miles de dólares por óvulos humanos producidos por hormonas de fertilidad.

El tema no es sólo teórico. Un pequeño laboratorio sin fines de lucro ubicado en las afueras de Boston ha estado pagando silenciosamente a un puñado de mujeres durante los últimos cuatro años para que se inyecten hormonas que les permitan ovular varios óvulos al mismo tiempo y donarlos para investigaciones. La Fundación de Investigaciones de Células Estaminales Bedford ha pagado unos 4.000 dólares más gastos a unas 20 mujeres para que se inyecten las hormonas de fertilidad. Es la única organización estadounidense que se sabe recolecta activamente óvulos con fines de investigación. Bedford ha tenido que suspender su programa de recolección de óvulos en cuatro oportunidades desde 2001 ya que se ha quedado sin fondos para financiarlo.

La fundación sostiene que cada donante le cuesta al laboratorio unos 25.000 dólares debido a que cada mujer debe someterse a 40 horas de asesoramiento y exámenes médicos, y se le pagan los gastos del cuidado de sus niños y de viaje.

El Instituto para Medicina Regenerativa de California, creado tras una votación popular de noviembre, prohíbe la clonación para dar a luz bebés, pero planea financiar proyectos de clonación humana diseñados para generar células estaminales. Para hacerlo, los investigadores californianos necesitarán óvulos. "Esta nueva tecnología requerirá óvulos de miles de mujeres", manifestó Francine Coeytaux, de la Alianza Pro-Alternativa para la Investigación Responsable.


Valiosa información
Los científicos dicen que la clonación puede ayudar a curar enfermedades, o al menos a entenderlas mejor. Algunos investigadores aseguran que extraer y observar el crecimiento de células estaminales de un embrión clonado de un paciente enfermo les aportará valiosa información sobre cómo se desarrolla la enfermedad.

Esos científicos prometen no sacar jamás al embrión de su recipiente de investigación (una placa generalmente circular que lleva un medio de cultivo sólido donde se "siembran" y crecen microorganismos, principalmente) y destruir las creaciones después de extraer las células estaminales, de acuerdo con la disposición de la consulta popular que prohíbe mantener los embriones experimentales más de 12 días.

La idea básica es extraer el material genético -del núcleo de las células- del organismo del paciente e insertarlo en un óvulo humano sin fertilizar. El ADN implantado hace entonces que el óvulo se convierta en un embrión. El problema es cómo obtener los óvulos, especialmente considerando la ineficiencia de la tecnología de clonación.

En 2004, investigadores surcoreanos utilizaron 242 óvulos de 16 donantes para producir un solo embrión clonado, del que extrajeron por primera vez células estaminales.

Unas 100.000 mujeres estadounidenses reciben todos los años inyecciones de hormonas para estimular a sus ovarios a que ovulen más de lo usual y puedan así concebir niños. El proceso es arduo, y una de cada 50 mujeres corre el riesgo de tener complicaciones.


Riesgos para la salud
Quienes se oponen al proceso de recolección de óvulos para investigación argumentan que las drogas para incrementar la fertilidad generarían consecuencias para la salud a largo plazo, y que un pequeño porcentaje de las mujeres que se sometan al proceso padecerían efectos adversos. "Pagarles a las mujeres por sus óvulos, aunque se considere un reembolso, creará un aliciente económico para que las mujeres se sometan al riesgo", advirtió Marcy Darnovsky, directora asociada del Centro de Genética y Sociedad de Oakland. "Esto puede ser especialmente cierto para las mujeres pobres y jóvenes", indicó.

El Instituto para Medicina Regenerativa de California, de acuerdo con la normativa votada, sólo puede pagar los gastos de los donantes. La directora de la fundación Bedford, Ann Kiessling, considera que eso es un error. "Muchas de las personas comunes a las que les encantaría ayudar, pero que reciben un salario por hora de trabajo, no pueden tomarse el tiempo libre necesario", expresó Kiessling. "Si usted no las va a compensar, las únicas personas que podrán donar son las ricas o las que reciben beneficios sociales".

La fundación recluta a las donantes a través de avisos en el diario The Boston Globe. Unas 383 mujeres han respondido esos avisos en los últimos cuatro años, dijo Kiessling. De ellas, sólo 20 han sido donantes debido al riguroso proceso mental y físico al que son sometidas, aclaró. "La idea misma de la explotación trivializa a las mujeres. Ellas pueden optar", indicó Kiessling. "Nuestras donantes son mujeres jóvenes brillantes que comprenden la biología básica y tienen a alguien de su familia que padece una enfermedad terrible", manifestó.

La fundación Kiessling recluta a mujeres de entre 21 y 35 años que tienen al menos un hijo. Paga los gastos de viaje de las donantes y los que se generan por el cuidado de sus niños. Paga también los mismos gastos y 12 dólares la hora a las mujeres que son examinadas fuera del programa. Consiguió cuatro óvulos en enero de una única donante, por primera vez en un año. Los utilizó en experimentos que buscan engañar al óvulo para que se convierta en un embrión sin la necesidad de un esperma o de clonación. Kiessling indicó que su laboratorio espera comenzar con sus propios trabajos experimentales este año. (AP)
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Christopher Reeve fue partidario de la clonación terapéutica.

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