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 miércoles, 23 de marzo de 2005  
La Vigil, hazaña y emblema de Rosario

Marcelo Scalona (*)

La Vigil es una experiencia emblemática de acción popular, cultural y social en Latinoamérica. Legado de los 50 y 60: la imaginación al poder y seamos realistas, pidamos lo imposible... Una proeza de lo que puede generar el hombre con ideales de comunión y participación: tres escuelas normales, escuelas de artes (cine, teatro, plástica) y oficios (talleres), editorial (primera en editar a Saer y las obras completas de Juan L. Ortiz), una biblioteca de 120 mil volúmenes, hemeroteca, cinemateca, discoteca, un camping de 30 hectáreas, una isla de tres mil hectáreas frente a Rosario para experimentación biológica, un plan de viviendas para los obreros frigoríficos de Villa Diego, laboratorio de ciencias y taxidermia (cuatro mil piezas), observatorio astronómico con el mejor lente del interior del país, un teatro diseñado por Saulo Benavente (teatro San Martín de Buenos Aires), y la imponente manzana de Alem y Gaboto, de fines de los sesenta, con rampas para discapacitados que aún hoy no tiene ningún edificio público ni privado en la ciudad.

Pensar que todo eso pudo hacerse desde un barrio (Tablada) de obreros metalúrgicos, frigoríficos, textiles y estibadores, es hablar de una verdadera hazaña del campo social y popular. La Vigil se gestó con el trabajo lúcido y pionero de actores sociales y culturales brillantes: pero la clave fue la cooperativa, la participación en la comunidad: el vecino que pagaba su cuota popular y compraba puntualmente la rifa porque el pozo volvía rápidamente en ladrillos, libros o microscopios. Los dirigentes no se movían por el lucro o intrigas de poder, y en forma autónoma, un equipo científico y cultural trabajaba a la vanguardia de las tendencias mundiales de cada disciplina. La obra se mantenía con una cuota mínima mensual, así lo dice mi carné Nº9.238 sobre un padrón de 23 mil socios. Otra fuente de ingresos eran subsidios que otorgaba el Estado a través de la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, ley 419, Sarmiento) y el Inam (Instituto Nacional de Acción Mutual), pero, fundamentalmente, los vecinos de Rosario saben que la Vigil se financiaba con una rifa célebre, por calidad y cantidad de premios, extensión nacional y fiel cumplimiento con los ganadores. Son pocos los hogares de Rosario que no conservan algún electrodoméstico de aquella rifa.

Cuando en 1975 ocurre el "Rodrigazo" (Celestino Rodrigo, ministro de Economía, produjo en un día una devaluación del trescientos por ciento), los socios dejaron de pagar las cuotas y la rifa. A La Vigil se le encarecieron por cinco los premios cuando no, por desabastecimiento, fue imposible conseguirlos. Se produjo un desfasaje financiero descomunal. Pero la Vigil no murió allí, ni el país. Como dice Serrat en "De cartón piedra", "...y entonces, llegaron ellos". Fue el 24 de marzo de 1976. Ese día y antes comenzó el plan aniquilador. Los dos primeros interventores (25/2/77) un capitán de corbeta (Molina) y un coronel (Sócrates Alvarado) dispusieron en tres meses (mayo 1977), mientras los dirigentes de Vigil estaban "desaparecidos", la liquidación definitiva de la entidad por un atraso financiero que hoy perdonaría la más elemental "teoría de la imprevisión". En este país, si los abogados no hubieran inventado esa teoría (art. 1198 CCA), ya no existiría ninguna empresa, asociación, ni la Nación, obvio. Pero está claro que la idea no era salvar a Vigil, sino todo lo contrario y el atraso financiero fue una buena coartada legal. Sus dirigentes fueron puestos a disposición del PEN en mayo del 77 y permanecieron presos legales durante todo el año. Mientras tanto, empezaron la rapiña y el exterminio. El presidente de la cooperadora escolar, Carlos Martínez, y las docentes Nora Larrosa y Gladys Parmies aún están desaparecidas. Los militares de custodia del edificio jugaban al tiro al blanco con los animales embalsamados, las lentes del observatorio "se perdieron" entre un colegio católico o el observatorio municipal, y 50 mil volúmenes y muchísima documentación fueron quemados en una ceremonia medieval sobre el pasaje Perkins.

La liquidación judicial, curiosamente dispuesta en tres meses, ya lleva 28 años y aún está en trámite en el juzgado de la doctora Milagros Lotti, de Rosario. ¿Habrá en el mundo otro caso de una liquidación judicial de 28 años o también por eso seremos un Guinness? El proceso judicial se devoró 40 inmuebles y quedan $38 mil en una cuenta judicial. Vigil no fue defendida ni representada por nadie en "el proceso". Un proceso sin trípode, escándalo del más elemental derecho de defensa.

Así se llega al presente, en que se debate un proyecto del gobernador Jorge Obeid de comenzar a devolver a Vigil sus bienes y personería para un renacimiento de la entidad. La opinión pública escucha que existe una división en el seno de ex directivos, socios, ex alumnos y personal docente y no docente de la Vigil. Los que pertenecen a la Asamblea por la Recuperación de la Biblioteca no aceptan una donación veloz, lisa y llana. La Asamblea mantiene aquellos principios rectores de la Vigil, acerca de que la obra se construye de abajo hacia arriba, con la participación de todos. Además, aspira a que se investigue a fondo qué pasó con la Vigil y para eso ha hecho presentaciones judiciales y administrativas en todos los estrados donde se produjeron consecuencias legales sobre la entidad: tribunales, Fiscalía de Estado, Inaes, Conabip. Investigación a los liquidadores judiciales, a aquellos que lucraron corruptamente con el patrimonio de Vigil, incluso ya en democracia y a través de ventas directas de valiosos inmuebles que luego no cumplieron su destino social. Investigación sobre el destino del patrimonio cultural y científico, reparación histórica del exterminio premeditado de una obra cultural impar en la historia de Rosario.

La Asamblea se reúne en el edificio original de Alem y Gaboto, presidida por directivos de la última comisión (1975): Raúl Frutos (vice), Tomás Pedrido (tesorero) y los vocales Vilma Pedrido, Antonia Frutos y Rubén Naranjo. Los miembros son todos socios originales, ex alumnos, docentes y vecinos del barrio. Los principios y praxis de la Asamblea, que la separan claramente de la otra línea interna, son:

u Investigar a fondo la corrupción que rodeó el ataque a Vigil.

u Pelear contra las componendas políticas que se hacen por detrás de la gente.

u Los compromisos políticos deben ser claros y a la luz pública.

u Rechazar los proyectos hegemónicos y verticalistas.

u Ni los organismos públicos ni ningún partido político deben tener injerencia o favoritismos en la futura obra de Vigil.

Aceptar las cosas de otro modo sería traicionar los principios y práctica que levantaron aquella obra. No se puede crear una nueva Vigil en un laboratorio legal. La Vigil es aquella, la que está viva y da pelea en la Justicia, que sólo podrá renacer si es fiel a sí misma, a su memoria, con sus rendiciones de cuentas, su modo cooperativo, sin tributar a ninguna agrupación política y dejando oír todas las voces en la asamblea popular.

(*)Abogado de la Asamblea por

la Recuperación de la Vigil
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