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 miércoles, 23 de marzo de 2005  
Detectaron 3.100 personas en un boliche con capacidad para 900
Una inspección constató que Soul violaba el factor ocupacional. Entredichos con un concejal

Una inspección municipal efectuada el domingo detectó un alarmante exceso de gente en el interior de Parador Soul, la confitería ubicada en Costanera y Puccio. Donde debían divertirse no más de 900 personas, se detectaron 3.100 clientes violando claramente el factor ocupacional. El jefe de inspectores, Claudio Canalis, confirmó que ayer se remitieron las actuaciones al Tribunal de Faltas para la aplicación de sanciones, al tiempo que recordó que el local ya cuenta con diversos antecedentes por irregularidades. La situación fue advertida in situ por el concejal radical Omar Paredes, que convocó a los agentes de Tránsito, Control Urbano y la Guardia Urbana Municipal. Sin embargo, el edil fue denunciado en la Justicia por empleados del boliche por cometer una actitud "patoteril". Desde el parador negaron en el escrito que se hayan labrado infracciones en su contra.

"Excederse con la gente en una confitería es grave y mucho más aún con estas cantidades", indicó Canalis al destacar que las 3.100 personas fueron detectadas en las tres bocas de salidas de Soul. Por esta falta, le cabe a sus dueños una sanción de 970 pesos y hasta incluso la clausura. El funcionario reconoció que la inspección se realizó "hacia las 4.20 del domingo, después de que Paredes se comunicara con Tránsito".

Ayer se supo que la visita del concejal tuvo una inesperada derivación judicial. Un empleado de la confitería, Edgardo Colangelo, fue a la Justicia para denunciar ante la Fiscalía en turno que "un individuo de barba, bigotes y aspecto desaliñado", pretendió entrar al local "sin abonar la entrada correspondiente invocando la calidad de concejal", y que no se le permitió el acceso al interior de Soul sin que pagara entrada.

En la denuncia se indica que Paredes no pudo acreditar su identidad como edil de la ciudad, sino que sólo exhibió un carné de conducir y le imputan haber dicho: "Si no me dejan entrar por las buenas, entro por las malas". El escrito afirma que "un concejal no puede arrogarse las funciones que la ley le confiere al Ejecutivo, en una actitud patoteril, desprovista de legitimidad". El empleado de Soul solicitó entonces la investigación judicial correspondiente.

Consultado al respecto, Paredes explicó a La Capital que concurrió el domingo a la madrugada al parador Soul "ante la queja de un vecino en relación al caos que reina en esa zona los fines de semana". El edil narró una serie de irregularidades en la vía pública de Costanera y Puccio como el consumo de cerveza en la calle. "En un momento acompañé a una ambulancia que asistió a un joven agredido en el rostro y me dijo que en el interior de Soul había muchísima gente", recordó, para negar sus intenciones de ingresar al local.

"Quieren embarrar la cancha para continuar funcionando con un amparo, me vinieron a apretar varias veces, y cuando salió la gente de Soul, vi a varios jóvenes alcoholizados, hubo trompadas, botellazos y corridas", recordó el edil.

Pero el caso tuvo otra derivación. Cuando los agentes municipales entraron (a pedido de Paredes) en el boliche, se encontraron con que había más de 3 mil personas en el lugar, que tiene capacidad para 900. Ahora el caso está en el Tribunal de Faltas, que podría determinar la clausura del parador.
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Aseguran que en el local había jóvenes alcoholizados.



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