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 viernes, 26 de noviembre de 2004  
Sangre en Zona Sur. Víctimas y victimario de los hechos ocurridos en los últimos 10 meses eran vecinos
Detienen al presunto autor de dos homicidios perpetrados por venganza
Sergio Arévalo fue apresado ayer. Para la policía, mató para ajustar cuentas del submundo de la droga

Un hombre de 28 años, dueño de un prontuario cargado de delitos como tráfico de cocaína y asaltos a mano armada, fue detenido ayer e imputado de dos homicidios ocurridos con una diferencia exacta de 10 meses en el mismo barrio donde vive. El acusado fue reconocido por testigos como la persona que ejecutó a balazos a dos muchachos en diferentes circunstancias, pero con un mismo denominador: una venganza con motivos poco claros aunque los investigadores suponen ligados a la comercialización de drogas.

Sergio Ariel Arévalo, conocido como Teto, fue arrestado a las 7.30 de ayer por agentes de la Brigada de Homicidios en su casa de Conscripto Bernardi al 7000. La jueza María Luisa Pérez Vara ordenó el allanamiento de su vivienda luego de que la policía descubriera que, tras permanecer oculto más de un año, el sospechoso había regresado al barrio.

El Teto Arévalo, un hincha fanático de Newell's que no dudó en tatuarse el escudo del club del Parque de la Independencia en su espalda, está acusado de asesinar a tiros el 16 de diciembre de 2003 a Walter Gustavo Gamarra, alias Tomatito, y el 17 de octubre último a Gabriel Iván Flores. Al primero le apuntó al cráneo y no falló. Al segundo lo acribilló a balazos.

Los dos hechos ocurrieron en jurisdicción de la subcomisaría 20ª, en la zona sur de la ciudad, el mismo barrio donde convivían víctimas y victimario. Se trata de una villa miseria que está pegada a la avenida de Circunvalación y a las vías del ex Ferrocarril Mitre. Ambos casos tuvieron lugar a menos de 500 metros uno de otro y se produjeron a plena luz del día.

La muerte de Tomatito ocurrió en una mañana calurosa de diciembre, poco antes de las 9. El cadáver de Gamarra fue encontrado por la policía boca arriba en la entrada de un pasillo ubicado en Conscripto Bernardi y la colectora de Circunvalación. Tenía una bala que le había ingresado por la sien derecha sin orificio de salida, produciéndole la muerte en forma inmediata.

Los detectives de Homicidios establecieron que la víctima vivía no muy lejos de allí, en Laprida al 6200, y que segundos antes de ser ejecutada se encontraba con un amigo. Esa persona declaró que todo se produjo cuando Tomatito se encontró con Teto, y empezaron a discutir por una vieja rencilla. Los motivos de la pelea nadie los supo descifrar. El testigo narró que la situación se puso muy tensa, a tal punto que Teto extrajo un arma de fuego y le disparó a Gamarra, al parecer desde corta distancia.

El amigo de Tomatito salió corriendo y fue a buscar a los familiares del joven baleado, a la vez que el autor del disparo huyó también del lugar. Los efectivos de Homicidios entonces comenzaron a rastrear ese apodo en los prontuarios policiales y así descubrieron que se trataba de Sergio Arévalo, quien estuvo en prisión por delitos contra las personas, la propiedad y, poco antes del crimen, por presunta comercialización de cocaína. Es que en abril de 2003, el muchacho había sido sorprendido por agentes de la Dirección de Drogas Peligrosas cuando llevaba algunos envoltorios de clorhidrato de cocaína. Claro que en aquel momento dijo llamarse René Borda.

Con los datos reunidos, la policía lo buscó en la villa de Buenos Aires y el terraplén, en el barrio Las Flores e incluso en la localidad entrerriana de Santa Elena, sin resultados positivos.

El sobrenombre de Arévalo volvió a resonar en las orejas de los agentes el 17 de octubre pasado, exactamente diez meses después del asesinato de Gamarra. Ese día, frente una granja de Patricios al 900, a menos de cinco cuadras del lugar del primer hecho, fue acribillado Gabriel Iván Flores, de 18 años, otro vecino de la zona.

El cuerpo de Flores presentaba impactos en la mano derecha, en el cuello y enla cintura. La autopsia determinó que el arma utilizada era de calibre 38. Mediante un relevamiento de testimonios, los investigadores pudieron reconstruir parte de lo ocurrido aquel 17 de octubre. Todo se inició con una pelea que Pérez mantuvo con otro vecino del barrio, Juan Manuel Maradei, de 18 años, a quien le aplicó una puñalada en el abdomen.

Según los testimonios, Arévalo salió en defensa de Maradei y comenzó a perseguir a Pérez por calle Patricios. Los testigos declararon que Maradei buscó refugiarse en la granja ubicada en Patricios al 900 y que Teto le gritaba "vos mataste al pibe". Cuando lo alcanzó, directamente lo baleó. La policía no pudo comprobar qué relación tenían Maradei y Arévalo, ni tampoco cuál fue el motivo de la pelea que precedió el homicidio.

Tras el crimen, Arévalo volvió a desaparecer. Pero anteayer, los informantes policiales lo descubrieron en su rancho de Conscripto Bernardi al 7000, donde fue capturado 24 horas después.
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Conscripto Bernardi al 900. Allí ocurrió el último crimen que le endilgan a Arévalo.

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