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 viernes, 26 de noviembre de 2004  
Boxeo: Pascualito, el grande
Hace medio siglo, el mendocino se convertía en el primer campeón mundial argentino

Abel Gamarra

Se cumplirá hoy medio siglo de gloria, de la hazaña alcanzada por el legendario Pascual Pérez en Tokio, Japón, al convertirse en el primer argentino campeón del mundo tras arrebatarle por puntos la corona mosca de la AMB al local Yoshio Shirai.

Para muchos el más grande boxeador argentino de todos los tiempos, Pascualito fue un pugilista de raza que supo honrar como pocos la tradición de la escuela mendocina, a la cual le adicionó un valor agregado: una potencia sobrenatural en sus guantes. De allí aquella famosa frase de los entendidos: "Es un mosca que pega como un liviano".

Ganador de cuanto torneo amateur le pusieran por delante, el León Mendocino fue campeón olímpico, argentino y mundial. Vale decir que el único que le faltaba era el sudamericano, mérito que le reconoció el pasado 24 de abril en Caseros la Clab (Confederación Latinoamericana de Boxeo).

Nunca más justo el reconocimiento por parte de la Clab al inolvidable Pascualito, a quien se le otorgó el título sudamericano post mortem de la categoría de los 50,802 kilos. Dicha distinción, en emotivo acto, fue recibida por su mujer Herminia y su hijo, homónimo del ex monarca.

Pascualito había nacido el 4 de mayo de 1926 en Tupungato, Mendoza, y falleció el 22 de enero de 1977 en la Capital Federal.

Fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Su debut profesional se produjo el 5 de diciembre de 1952, en el que derrotó por nocaut en el quinto asalto a José Ciorino en Gerli. El 26 de noviembre de 1954 ganó por puntos en 15 vueltas el campeonato mundial mosca de la AMB en Tokio ante el local Yoshio Shirai, quien falleció el pasado 26 de diciembre a los 80 años como consecuencia de una pulmonía.

El cuyano conservó la faja ecuménica entre el 54 y el 60, tiempo en que lo defendió exitosamente frente a Shirai, Leo Espinosa, Oscar Suárez, Ricardo Valdés, Dai Dower, Young Martin, Ramón Arias, Dommy Ursua, Kenji Yonekura y Sadao Yaoita. Perdió la corona (16/4/60, Bangkok) por puntos en 15 vueltas frente a Pone Kingpetch. En su intento de recuperar la corona cayó en Los Angeles por nocaut técnico en el octavo ante Kingpetch.

En su último combate (15/3/64, Panamá) cayó por abandono en el sexto ante Eugenio Hurtado. El 11 de abril de 1964 anunció su retiro definitivo. Su récord profesional registra 87 victorias (57 por nocaut), siete derrotas y un empate.

La gran controversia que padeció el pequeño-gigante mendocino en el campo deportivo fue la escasa repercusión que tenían las categorías denominadas chicas en la meca del boxeo mundial, mientras que en el plano afectivo fue un tumultuoso matrimonio y el prematuro olvido de los suyos.

No logró, o no quería, asumir lo que su nombre representaba para el deporte de los puños. De hecho no tomaba en serio cuando le confirmaban que su nombre ocupaba un sitio de privilegio en el Salón de la Fama (Hall of fame), lugar donde los estadounidenses brindan homenaje eterno a los grandes del boxeo.

Nunca pudo superar su historia personal, digna de una letra de tango. Apeló a la bebida en búsqueda de una salida, pero paradójicamente allí comenzó un vertiginoso deterioro que doblegó su gran fortaleza física. Falleció a los 50 años en Buenos Aires.
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El mendocino Pascual Pérez obtuvo el título mosca en Tokio.

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