La industria se niega a perder competitividad como ocurrió en los años 90

Los empresarios locales temen a una nueva devaluación del real

Los industriales plantean que si Lula deprecia la moneda de su país, Argentina debería seguir por el mismo camino

Los empresarios argentinos manifestaron ayer su alarma ante la posibilidad de una nueva devaluación del real brasileño, luego de las señales que emitió anteayer en ese sentido el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva.

Los hombres de negocios sospechan que Lula habló de una suba del tipo de cambio superior al 10% "para compensar a los (empresarios) paulistas" por haber declarado a China como economía de mercado, en una decisión que generó fuertes críticas de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) y otras cámaras patronales.

"Si ellos devalúan a 3,10 (reales por dólar), hay que seguirlos. No nos podemos dejar estar como a fines de los noventa", dijo el industrial papelero Héctor Massuh, en línea con la mayoría de los asistentes a la Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) que concluyó ayer en un hotel de Pilar.

"Las asimetrías macroeconómicas son el principal defecto del Mercosur. Si Brasil devalúa sería preocupante", apuntó a su turno el presidente de Ledesma, Luis María Blaquier.

Aunque los principales industriales del país cenaron anteanoche con los popes de la Fiesp y compartieron con varios de ellos la última jornada de la reunión fabril, tampoco ahorraron advertencias sobre el perjuicio que significaría otra caída de la moneda vecina frente al peso argentino.

Por su parte, el canciller Rafael Bielsa, que eligió un discurso más protocolar y compartió la mesa en el cierre de la conferencia de la UIA con su par brasileño Celso Amorin, en la cual se habló de la próxima cumbre de Belo Horizonte.

Las advertencias también salieron de boca del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luciano Miguens, quien dijo que "el Mercosur necesita una política monetaria coherente y consensuada", y añadió que "si somos realmente un bloque deberíamos acompañar" la evolución del tipo de cambio de Brasil.

No eran pocos los que recordaban ayer el efecto adverso que significó para la economía argentina la brusca caída de la moneda brasileña frente al dólar en 1997, que desembocó en la recesión luego prolongada hasta 2002.


Tipo de cambio común
Para el embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, "es lógico que ellos quieran incrementar sus exportaciones, pero hay que converger en un tipo de cambio razonable para todo el Mercosur".

El diplomático advirtió además que "si Lula devalúa y deja congelados los salarios como dijo que iba a hacer, puede haber problemas políticos" con los sindicatos y la oposición.

El viceministro de Desarrollo brasileño, Marcio Fortes, que también viajó a Buenos Aires para la reunión anual de la UIA, aclaró por su parte que "Lula no dijo que iba a devaluar, sino que prefería un tipo de cambio distinto".

En tren de bajarle el tono a los temores de la industria argentina, Fortes añadió que "el nivel que quiere Lula es el que había hace tres semanas, y el programa de compra de divisas del Banco Central no es inmediato sino que apunta a un plazo de seis meses".

Otro que buscó restar dramatismo al tema fue el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, quien indicó que "ante cambios de política como un eventual vaivén en el tipo de cambio, cada país sabrá lo que tiene que hacer".

Bielsa, entre Lardizábal y Alvarez Gaiani, en la jornada de cierre.