Año CXXXVII Nº 48564
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Educación 06/11
Campo 06/11
Salud 03/11
Autos 03/11

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 07 de noviembre de 2004  
La fiesta fue totalmente canalla
Tres mil hinchas auriazules se hicieron oír fuerte en el Cementerio de los Elefantes

Luis Castro / La Capital

En la previa se presagiaba un duelo con vuelo futbolístico. Dos equipos con buen trato de la pelota chocaban en el Brigadier López. Los del Coco Basile, entonados por el gran triunfo frente a Vélez, querían conservar la chapa de candidato a la lucha por el título. Y los de Don Angel llegaban con todos los pergaminos de conjunto complicado y verdugo de los grandes.

Por eso más de tres mil hinchas canallas se llegaron hasta la capital de la provincia para acompañar a este conjunto que en las primeras fechas era un alma en pena pero que con el toque de Zof-Cuffaro Russo encontró el camino que lo llevó a ubicarse en el lote de los de arriba.

La empresa no era sencilla, porque Colón había puesto en escena a sus mejores actores para dar espectáculo en un teatro casi colmado. Pero los pibes de Central, acostumbrados a las travesuras, no se amilanaron y con dos certeros golpes de Pablo Vitti dejaron estupefactos a los miles de sabaleros. Apenas diez minutos antes el grueso de la hinchada había hecho su ingreso para festejar los tantos del delantero.

La fiesta en la tribuna canalla estaba en su máximo esplendor. Y los cánticos hacia el equipo del viejo zorro se escuchaban nítidamente en un estadio en silencio. Central había aprovechado las dos distracciones sabaleras y lo estaba pagando caro.

El "soy canalla" retumbaba en los cuatro costados mientras el conjunto de Basile trataba de encontrar la fórmula para llegar a equiparar el marcador. Mostraba su fútbol, su juego y el control de la pelota, pero sus intenciones para vulnerar a Juan Ojeda se hacían trizas en el área defendida por un Ronald Raldes impasable.

Los minutos se consumían, los hinchas locales se desesperaban y la barra auriazul se ilusionaba y gritaba con mayor intensidad. Ni el 2-1 los inquietó y mantuvieron el aliento.

Y cuando Héctor Baldassi señaló la mitad de la cancha e hizo sonar su silbato por última vez, estalló la popular centralista. "Olé, olé, olá, es un sentimiento, no puedo parar", gritaban revoleando camisetas y remeras, mientras los jugadores unidos en un solo abrazo se acercaron hasta el alambrado para sumarse a la fiesta totalmente canalla. Una vez más los pibes de Central le dieron alegría al corazón. Los hinchas, felices.
enviar nota por e-mail
contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Los convidados terminaron celebrando. Máxima alegría de Central.

Notas Relacionadas
Central bajó a otro pesado


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados