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 sábado, 06 de noviembre de 2004  
El estrés bacteriano no es caso de diván sino de microscopio
Los esfuerzos para combatir bacterias patógenas se vieron durante el curso internacional que se realizó en el IBR

Gran parte de los esfuerzos de la biomedicina están dirigidos a combatir la acción de bacterias patógenas. Todas las bacterias están sometidas a distintas condiciones de estrés ambiental en todos sus hábitats, ya sea por cambios naturales o inducidos por el hombre para contrarrestar su acción.

Por lo tanto, las mismas desarrollan mecanismos que les permiten sobrevivir en estos ambientes. La comprensión de estos mecanismos es un prerrequisito esencial para poder combatir la acción de las bacterias patógenas.

Estos son los ejes que estuvieron en el curso internacional "Bases moleculares de la respuesta bacteriana a estrés", en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y financiado por el Howard Hughes Medical Institute (HHMI), la fundación filantrópica más importante del mundo dedicada a financiar investigación en biomedicina.

El curso se realizó con la presencia de investigadores de primer nivel de la Argentina, Estados Unidos, Brasil, España e Italia. Un motivo central que indujo al HHMI a proponer al IBR la realización de este curso es que en este instituto, existen tres líneas de investigación relacionadas con este tema.

Uno de los mecanismos de estrés bacteriano estudiado en Rosario por el grupo del investigador Diego de Mendoza se basa en el hecho de que, a diferencia de los humanos, las bacterias no pueden regular su temperatura interior, y por lo tanto poseen mecanismos que las defienden de las bajas temperaturas ambientales y les confieren mecanismos de adaptación al frío.

Esta adaptabilidad resulta peligrosa cuando se trata de bacterias contaminantes de alimentos, ya que permite a las mismas sobrevivir a los procesos de enfriamiento utilizados para conservarlos. El objetivo final de estos estudios es, una vez identificadas las moléculas y sus interacciones, diseñar compuestos capaces de bloquear este proceso de adaptación.

Los grupos de Fernando Soncini y de Eleonora García Véscovi estudian los mecanismos de patogenicidad de la bacteria Salmonella. Salmonella, en las distintas etapas del proceso infeccioso debe enfrentar situaciones adversas que el organismo infectado utiliza para eliminar estos patógenos, pero esta bacteria desarrolló mecanismos que le permite evadir esas situaciones para finalmente sobrevivir y causar enfermedad. Entender estos procesos es crucial para interferir con los mismos de modo de poder controlar estas infecciones.


Los excesos no son buenos
En el afán de combatir las infecciones bacterianas, la industria farmacéutica desarrolló una serie de antibióticos, principalmente los antibióticos beta-lactámicos (como las penicilinas y cefalosporinas). No obstante, la administración excesiva y automedicación de estos antibióticos induce también una situación de estrés en bacterias, que también desarrollan estrategias de resistencia a los mismos.

Una de estas es la síntesis de enzimas que destruyen los antibióticos. El grupo de Alejandro Vila trata de entender el modo en que estas enzimas actúan y como evolucionan de una bacteria a otro, lo cual es crucial para diseñar nuevos compuestos con acción bactericida.

En definitiva, la vida de las bacterias no es precisamente un picnic, ya que las mismas están continuamente expuestas a condiciones de estrés. No obstante, su rápida adaptabilidad a distintas condiciones ambientales adversas puede permitirles sobrevivir, atentando en muchos casos contra la salud humana.
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