Editorial

Valioso paso para Rosario

Después de haber sufrido crudamente los embates de la crisis económica y social que estalló en diciembre del 2001, con lentitud pero a la vez con seguridad Rosario inició un proceso de recuperación que ahora parece posicionarla en un lugar privilegiado con vistas al futuro. La realización, el mes entrante, del Tercer Congreso de la Lengua Española puede convertirse, sin dudas, en la gran plataforma de lanzamiento internacional de una urbe que, en base fundamentalmente a su propia capacidad de construir, ha comenzado a dar pasos cada vez más largos en pos de una identidad nueva.

Y no se trata sólo de la perceptible reactivación, notoria en el repunte del consumo y en la apertura de nuevos locales comerciales, sino del renacimiento de la vida cultural -al punto de que ya se alude a un "boom"- y la concreción de obras infraestructurales de indiscutible relevancia, acerca de cuyo impacto todavía es el porvenir quien guarda las principales revelaciones.

El puente a Victoria se erige como el ejemplo más nítido de esta tendencia, pero la apertura de gigantescos y suntuosos "shoppings" en sitios impensados una década atrás se presenta como otra apertura hacia renovados horizontes. La edición de ayer de este diario concedió privilegiado espacio a otra noticia que contribuye a reforzar el optimismo: la confirmación de la llegada de un importante subsidio de la Unión Europea, destinado a la construcción del parque Yrigoyen en la zona sur de la metrópoli, se suma a la cadena de hechos positivos, sólo ensombrecida por la cantidad de excluidos que aún pueblan la geografía rosarina, tal como lo señalara días atrás el propio arzobispo Eduardo Mirás.

Pero así como no corresponde ignorar ni subestimar la importancia de los graves problemas aún presentes, tampoco se justifica omitir los claros pasos hacia adelante que se están dando en el transcurso de estos meses. Y los ochocientos mil euros -casi tres millones de pesos- que servirán para otorgarle una nueva fisonomía a un predio que hasta hoy semeja un agujero negro en la geografía urbana constituyen un contundente motivo para la sonrisa de los rosarinos.

El proyecto que se llevará adelante abarca dieciocho hectáreas de terreno, que serán convertidas en un parque didáctico con fuerte contenido educativo respetando las construcciones existentes, entre las cuales se encuentra la emblemática ex estación Central Córdoba.

Vale la pena detenerse a repasar los detalles del futuro emprendimiento, que sin dudas ampliará las ya múltiples y valiosas alternativas para la recreación que la ciudad entrega.

Y mientras tanto, valorar todo lo que sucede: Rosario está cada vez más cerca de ser lo que realmente se merece.