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 domingo, 10 de octubre de 2004

Emociones positivas

Los agentes motivadores son los que ponen en marcha la voluntad capaz de superar dificultades, frenos y cansancios propios de ese esfuerzo. Motivación, por tanto, es ver la meta como algo positivo que podemos conseguir (pero desde la indiferencia no se puede cultivar la voluntad). Quizá el problema resida en que muchas metas grandes son excesivamente costosas y con comienzos muy duros. Ahí entra el tema de los ideales o valores, cuya posesión nos alegra a todos, pero hasta llegar a poseerlos hay que recorrer un camino muy empinado.

La paciencia o el autodominio no se consiguen sólo pensando en ellos, sino después de una batalla con uno mismo, a base de pequeños ejercicios repetidos una y otra vez. Estar motivado significa tener una representación anticipada de la meta, lo cual lleva a la acción. De ahí emerge buena parte del proyecto personal que cada uno debe tener.

Todo lo referido a lo afectivo consiste en un cambio interior que se produce en forma brusca en unos casos, o paulatina y sucesiva en otros. Es un estado singular de encontrarse con uno mismo, de darse cuenta de la realidad personal, pero partiendo de esa modificación interior. No hay que darse por vencido, sino tener capacidad de reacción, de ahí surgen los hombres superiores.

La alegría está relacionada con la motivación. La más auténtica es la que reúne optimismo, satisfacción, animación y regocijo que invita a la celebración y está propensa a abrirse a la comunicación. Además enriquece interiormente, muestra un panorama futuro amplio y proporciona a la existencia un auténtico sentido.

A la vida, a pesar de todo, merece la pena ser vivida sólo por la alegría, y es entonces cuando el pasado adquiere un relieve comprensivo, el futuro se ve con confianza, y se espera todo lo bueno que pueda suceder. Conviene no olvidar que la alegría está más ligada al dar que al recibir.

El amor es el sentimiento más importante de todos, alrededor del cual se originan otros estados más o menos parecidos, pero de cualidades diferentes. El amor por el trabajo bien hecho se compone de pequeños detalles que culminan en una tarea correcta y adecuada. Eso requiere paciencia y laboriosidad que se consigue con la práctica de la voluntad.

Ada Lamboy

Master en yoga científico y educacional Técnica en comunicación

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