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 domingo, 11 de julio de 2004

Newell's: Guillermo Marino, rendirse jamás
El volante dijo sentirse recuperado futbolísticamente

Mauricio Tallone / La Capital

Necochea. (Enviado especial).- Guillermo Marino todavía paladea la minucia de una ducha entre bromas con Seba Domínguez, su compañero de habitación, y el vistazo póstumo al comedor del hotel para chequear que la bienvenida cena esté en camino. Como un agrimensor desganado que estudia el terreno, gira sobre sí y se dispone a la entrevista con Ovacion, pautada unas horas antes.

El volante rojinegro luce como cada día de los últimos meses: discreto y sencillito, dando la sensación de que podría venírsele el mundo encima y él ni fu ni fa, como si fuera todo un componente íntimo de su vida.

Esta causa personal también ayudó para que Marino instalara algunas tendencias. Es que siempre hubo cierta mitología alrededor de la sobradora displicencia de su juego. Todos recuerdan un partido en el que la rompió pero .... ¿zas? Otra vez el peaje del insulto para un jugador que el hincha de Newell's siempre miró de reojo y durante un buen tiempo lo sacrificó sin piedad.

Hoy soplan otros vientos en la carrera de Marino. Las formas de placer de Guille ya no se asemejan a la edad de la desilusión. Es que la continuidad que le dio el Tolo Gallego fue, en el peor de los casos, el principio del placer de un pibe que hace rato que aprendió la diferencia entre lo profundo y lo superfluo. Debajo de su piel sin maquillaje conviven y se retroalimentan los engranajes de un futbolista acostumbrado a la adversidad y facultado para resistirla.

-¿En el Clausura les tapaste la boca a todos los que decían que Marino no estaba para jugar en la primera de Newell's?

-¿Sabés por qué no pienso así? Porque yo nunca dudé de que iba a terminar jugando en la primera de Newell's. Y esto no lo digo por falta de modestia ni de humildad, simplemente tiene que ver con que confío en mis condiciones.

-¿Alguna vez se te cruzó por la cabeza largar todo cuando el hincha de Newell's se la agarraba con vos porque dabas mal un pase o errabas un gol?

-No, no. Yo amo jugar al fútbol y largar todo hubiera sido un error. En esta profesión hay que saber asimilar las cosas malas que te suceden para disfrutarlas cuando viene la buena.

-Y ahora estás en la buena.

-Estoy bien en todos los aspectos de mi vida. Tengo una familia que me quiere, me llevo bien con mi novia, tengo amigos, hago lo que me gusta, más no puedo pedir.

-Pero al menos hiciste una autocrítica de tu corta carrera como jugador, ¿cuál es la explicación que le encontraste ahora a aquellos momentos difíciles?

-No sé, la verdad no me puse a pensar demasiado en eso.

-Desde afuera se notaba que tus profundos vaivenes anímicos te jugaban en contra.

-No, creo que la cosa no pasaba por lo anímico. Yo le echaría más la culpa a lo físico. Me costaba mucho agarrarle el ritmo a la primera división, no terminaba bien los pocos partidos que jugaba y eso hacía que me saliera todo mal.

-¿Qué pasa por la cabeza de un jugador que antes de entrar a la cancha ya lo insultan?

-Y ... eso te jode. Ahí es donde tenés que aferrarte a tus seres queridos y pedirles que te ayuden para pilotear el momento. Lo importante es siempre tener claro los objetivos y darle para adelante. Nunca hay que darse por vencido.

-¿No creés que también hubo algo de ensañamiento de parte de los hinchas, ya que muchas veces no eras el peor pero igual se la agarraban con vos?

-Puede ser, pero ahora no vale la pena detenerse en eso. Por suerte pude soportar esos momentos y la verdad es que no me puedo quejar del cariño que me brinda la gente.

-¿Alguna vez por todo lo que estabas pasando amagaste con irte de Newell's?

-Nunca, siempre estuve muy a gusto en el club. Además hice todas las inferiores acá y todo aquel jugador que se inició en esta institución tiene como meta llegar algún día a ponerse la camiseta de primera. Por eso hoy me siento un afortunado en poder contarles a mis seres queridos que llegué a la primera de Newell's gracias a que nadie me regaló nada.

-¿Gallego te recuperó como jugador?

-El Tolo fue muy importante porque me dio la continuidad que necesitaba para vivir este momento. Pero del bajón me sacaron todos: mis viejos, mi novia y mis amigos. Todos aportaron su granito. Pero acá el principal que se ayudó fui yo. Si uno no se ayuda es difícil que los demás te resuelvan los problemas.

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Guille nunca dudó de sus condiciones. "Estoy bien en todos los aspectos de mi vida", asegura Marino.

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