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 sábado, 03 de julio de 2004

El Indear prevé un proyecto genoma

Si los pasos se cumplen dentro de lo previsto, en mayo del año próximo se inauguraría en Rosario el Instituto Nacional de Agrobiotecnología Rosario (Indear). El centro desarrollado en asociación entre las empresas Bioceres y Biosidus, y el Conicet, demandará una inversión cercana a los 10 millones de dólares en cuatro años y apuntará sus cañones a la investigación y desarrollo de alimentos funcionales, molecular farming, resistencia a estreses bióticos y abióticos y plantas con calidades específicas. Habrá proyectos a corto, mediano y largo plazo, investigación básica y "algunos proyectos genoma en pequeña escala y otros en colaboración con otros centros".

Alejandro Mentaberry, titular del Ingebi y director científico del proyecto del Indear señaló que con la suma del Indear, el Centro de Genómica Vegetal argentino-español y los institutos que ya trabajan en Rosario, se reunirá en el polo de La Siberia "una masa crítica operativa en la investigación en plantas que no es habitual en la Argentina".

Para el científico, es sumamente interesante que este polo se desarrolle en "la cabecera agrícola del país, como es Rosario". A su juicio, es una posibilidad de que la ciencia y la tecnología aporten a una nueva visión territorial del país, "donde a partir del desarrollo de ciudades del interior se rompa la hegemonía de Buenos Aires como centro económico".

Gustavo Grobocopatel, presidente de Bioceres, la incubadora de empresas biotecnológicas creada por productores agropecuarios, destacó que la alianza con el Conicet constituirá "un caso líder de cooperación del sector público y privado" en esta área.

El empresario adelantó que el instituto, que reunirá a unos cien investigadores, trabajará en colaboración con el centro de genómica vegetal y los institutos rosarinos IBR y Cefobi. "Todos estos proyectos están concebidos para trabajar en red, recibiendo y enviando conocimientos", señaló.

El convenio entre Indear y Conicet, de todos modos, todavía está en la negociación final. De llegar a buen puerto, como se espera, la construcción de los edificios comenzaría en la primavera de este año, con la perspectiva de que esté funcionando en el otoño del año que viene.

La construcción del edificio de 2.000 metros cuadrados, con un invernadero de 300 metros cuadrados, implicará una inversión de 1,3 millón de dólares. Cerca de 2 millones de dólares estarán destinados a elevar los sueldos y ofrecer bonos por productividad a los investigadores a los investigadores que trabajen en la empresa. Otros 2 millones se destinarán a equipamiento.

Una vez que se cierre el acuerdo con el Conicet, se definirán los equipos trabajo. Según explicó Mentaberry, la biotecnología es hoy por hoy una disciplina científica "madura", madre de nuevas áreas que está en pleno desarrollo, como la genómica, la proteómica, la metabolónica, la biología de sistemas o la bioinformática.

Este vertiginoso crecimiento provocó un cambio en la forma de investigar, ya que los laboratorios se conciben ahora como verdaderas plataformas industriales. "La tasa de cambio del conocimiento es importante, con un rápido nivel de obsolescencia", explicó.

El investigador consideró que la biotecnología brinda una de las pocas oportunidades que tiene la Argentina de participar de una revolución tecnológica, ya que cuenta con una producción científica original y competitiva y competencias complementarias en el ámbito de ingeniería agronómica, fisiología y otras disciplinas.

En cambio, consideró necesario avanzar en la protección de la propiedad intelectual, un mayor compromiso de los sectores productivos, mejorar los ingresos de los científicos y transformar la "cultura academicista" de muchos investigadores.

"Tanto desde la política como desde el sector público comienza a verse una inquietud seria por valorar a la ciencia, esperemos que se mantenga porque la investigación no es un tema pasajero sino de largo alcance, con resultados a 10 ó 15 años", señaló.

En el marco de las medidas que se están tomando para la construcción del polo de biotecnología en Rosario, también se conoció esta semana que en 60 días más se llamará a licitación para la construcción del edificio al que se mudará el Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR). Este centro, y el Centro de Fotosíntesis y Bioquímica (Cefobi) son institutos públicos que vienen trabajando desde hace muchos años en el terreno de la biotecnología y han obtenido logros y reconocimientos de nivel internacional.

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