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 viernes, 25 de junio de 2004

Incendian un boliche en reacción por un crimen
El domingo mataron a golpes a un joven a la salida del local. Ayer sus allegados volvieron con toda la ira

Buenos Aires.- Un grupo de familiares y amigos de un joven asesinado a golpes el domingo último a la salida de un boliche del conurbano bonaerense incendiaron el local bailable y un patrullero durante una violenta manifestación, en la que acusaron a la policía de cometer el crimen, pista que en principio fue descartada por la Justicia.

Los policías de la bonaerense que controlaban la zona huyeron en una camioneta policial ante el temor de agresiones, pero volvieron con refuerzos de la Guardia de Infantería una hora después, mientras se escuchaban disparos al aire para desconcentrar a los exaltados.

A esa hora, cuatro testigos ratificaban en los tribunales que Diego Fernando Lucena había sido asesinado por jóvenes conocidos, con quienes se había peleado poco antes en el boliche "Invasión Tropical".

El Ministerio de Seguridad bonaerense informó ayer que la única irregularidad que hubo aquella noche con policías en el boliche fue que dos suboficiales -ya echados de la fuerza-, abandonaron su patrullero y fueron encontrados ebrios en un patio del local, pero que no tienen vinculación con el episodio en el que murió Lucena.

La manifestación se inició ayer al mediodía cuando un numeroso grupo integrado, entre otros, por familiares y amigos de Lucena y militantes de la agrupación Polo Obrero, en la que militaba la víctima, irrumpió en el boliche situado en el cruce de la ruta 3 y Marconi, en Gregorio de Laferrere, y prendió fuego las instalaciones.

Primero rompieron los portones del local y cuando accedieron, algunos destrozaron espejos, luces y destrozaron la barra, donde iniciaron un incendio.

Los disturbios luego se trasladaron a la calle, donde había tres patrulleros -un auto y dos camionetas-, de la policía bonaerense vigilando la manifestación.

Los manifestantes atacaron a los efectivos y así fue como las dos camionetas policiales huyeron, pero el patrullero quedó abandonado y el móvil 7146 fue destrozado a palazos, volcado y luego incendiado.

El grupo reclamó el esclarecimiento del crimen, cometido el domingo último a pocas cuadras de esa disco, por el que acusa a policías de la seccional San Carlos.

A pesar de que los allegados a la familia Lucena están convencidos de que del crimen de Diego participaron policías, por el momento no hay nada en la causa judicial que avale esa hipótesis, dijeron los voceros. Cuatro testigos declararon que, antes de ser asesinado, Lucena fue perseguido e invitado a pelear por personas a las que conocía por sus apodos.

Diego tenía 22 años. Fue hallado muerto por golpes en la cabeza y el resto del cuerpo el domingo por la madrugada. Según el padre, ante la ausencia del muchacho llamó a la policía y le dijeron que no tenían noticias de su paradero, pero con el correr de las horas se le habría informado que había un cuerpo en la morgue. Sergio, hermano de la víctima, acusó a la policía de estar "matando a los pibes, pero se equivocaron en matar a Diego porque era un buen pibe". (Télam-DyN)

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Así quedó el móvil que no escapó.

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